Con el comienzo del año 2025 se renuevan las expectativas de las pymes en materia de producción, consumo, actividad económica y empleo, tras las dificultades que experimentó el sector por el impacto de la recesión durante el año que acaba de terminar.
En líneas generales, en el rubro advierten que aún no han quedado atrás los efectos de la caída de la economía por lo que manifiestan que mantienen una postura prudente respecto al año próximo sosteniendo que la perspectiva es de un "moderado entusiasmo", según un informe del Observatorio de Industriales Pymes Argentinos (IPA).
El reporte describió que "la economía argentina continúa transitando un escenario complejo, marcado por desafíos estructurales y señales mixtas que evidencian una recuperación aún distante". En ese contexto trazó el panorama que esperan las pequeñas y medianas empresas de cara al nuevo año.
Desde IPA indicaron que aunque la economía parece haber tocado fondo, la falta de señales claras de recuperación mantiene al crecimiento en "modo pausado".
"La inversión y el consumo seguirán mostrando debilidad en los próximos trimestres", aseveraron.
Al hablar de lo que puede suceder con la inflación, señalaron que "si bien la desaceleración mensual ofrece un respiro, los niveles interanuales seguirán elevados, lo que dificultará una recuperación del consumo".
En relación con la industria y la capacidad instalada, sostuvieron que "la leve mejora en algunos indicadores industriales podría anticipar una estabilización en la caída, aunque el uso de la capacidad instalada seguirá por debajo del potencial".
Pensando en lo que sucederá con el comercio exterior, las pymes prevén que "el superávit comercial continuará siendo un factor positivo, impulsado por las exportaciones, aunque la apreciación cambiaria y la pérdida de competitividad serán temas a monitorear de cerca".
Finalmente, en relación con el futuro del mercado laboral, advierten que "sin señales de reactivación económica, la contracción del empleo y la caída de empresas podrían persistir, manteniendo la presión sobre el poder adquisitivo y el consumo".
Con el panorama proyectado, desde IPA consideran que "la economía argentina atraviesa un proceso de ajuste prolongado", afirmando que "a pesar de la mejora de algunos indicadores macroeconómicos la economía está en una situación muy frágil todavía y las mejoras puntuales no alcanzan aún para hablar de un cambio de tendencia".
Al mismo tiempo, expresan que "la estabilización macroeconómica es fundamental para sentar las bases de una recuperación sostenible, pero el camino hacia adelante a un año de la llegada al gobierno de Javier Milei, por ahora, no está exento de riesgos y desafíos".
En la misma línea, concluyen que "el balance de los resultados de los primeros tres trimestres del año nos sugiere adoptar una postura cautelosa", remarcando que "incluso para los más optimistas, las señales actuales apenas permiten un moderado entusiasmo".