"Es malo para mi familia, pero bueno para la Argentina", expresó el economista Claudio Zuchovicki durante una entrevista en Radio Rivadavia, utilizando el humor para destacar una transformación que, según él, refleja la mejoría de la economía argentina en 2024. Zuchovicki explicó que su carga laboral disminuyó notablemente, en lo que consideró una señal positiva: "Antes me llamaban todo el tiempo para preguntar cómo iba a cotizar el dólar o qué hacer con las tasas de interés. Ahora esas cosas están siendo más previsibles y las empresas están enfocadas en trabajar, no en sobrevivir".
El economista planteó que el país dio pasos importantes hacia la normalización económica, con un dólar más estable y previsible, alineado con la inflación y las tasas de interés. Esto, sostuvo, permite que las empresas y los individuos vuelvan a priorizar la economía real, concentrándose en costos, competitividad y eficiencia. "Antes, el manejo del dinero era más importante que el negocio mismo. Ahora hay que hablar de mejorar la infraestructura, y de cómo trabajar mejor", indicó.
Zuchovicki analizó el impacto de los cambios macroeconómicos en la microeconomía, destacando que ambas dimensiones están profundamente interrelacionadas. Según explicó, sin una macroeconomía ordenada, la micro se convierte en un terreno desigual, donde predomina la ventaja de quienes tienen mejores contactos o pueden eludir impuestos. "Cuando la macro está desordenada, la micro es tierra de ventajeros. Pero si la micro no funciona, la macro tampoco, porque no hay de dónde recaudar", señaló.
El economista enfatizó que, aunque se observan avances, la microeconomía aún enfrenta desafíos, como la falta de equidad en el acceso a oportunidades. "El Estado debe intervenir en áreas como la educación, porque la suerte del lugar donde naciste no debería determinar tu futuro", sostuvo.
También advirtió sobre la necesidad de reformas para facilitar la contratación de empleados. "El problema no es el costo laboral, porque los salarios son bajos, sino el riesgo de equivocarte al tomar a alguien. Hoy, contratar a una persona puede costarte la compañía", afirmó.
En cuanto al cepo cambiario y el rol del Fondo Monetario Internacional (FMI), Zuchovicki fue crítico. "El fondo siempre pone condiciones. Argentina busca refinanciar la deuda, pero no cumple con los compromisos. Esa es una discusión política, no económica", expresó. Señaló que el país enfrenta limitaciones severas debido a su elevado endeudamiento, lo que dificulta implementar políticas más flexibles. Sin embargo, sugirió que la eliminación del cepo podría ser clave para dinamizar la economía, aunque eso requiere medidas estructurales que van más allá del control cambiario.
De cara al futuro, Zuchovicki destacó que el desafío principal es impulsar el crecimiento económico a través de la productividad y la competitividad, en lugar de medidas que generen inflación, como la emisión o el aumento del gasto público. "El mejor aliado político es el estado de ánimo. Si la microeconomía crece, habrá más empleo y optimismo", afirmó.
En su balance, 2024 fue un año de avances hacia una economía más previsible, aunque persisten desafíos en la consolidación de las mejoras y en la reducción de desigualdades. "El objetivo debe ser sacar el pie de encima de la microeconomía para que esta pueda respirar y crecer. Ese es el camino hacia una Argentina más soportable y, en última instancia, más próspera", concluyó.