Pasaron diez meses de gestión hasta que los ojos de la cúpula de la Casa Rosada miraran a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y se llevara a cabo su disolución con el objetivo de aplicar "motosierra". Pese al achique de la estructura, el organismo cierra el año con una caja millonaria aunque con una cifra mucho menor a la esperada.
"A partir de hoy la AFIP dejará de existir, en su lugar se va a crear la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) con una estructura simplificada, que van a reducir 45% las autoridades superiores, casta política, y un 31% los niveles inferiores", anunció el vocero Manuel Adorni para explicar los cambios en el organismo.
Pero el interés que despertó el organismo por parte de la cúpula de Casa Rosada respondería a una caja millonaria. "A la AFIP ahora ARCA le quedan unos $ 50 mil millones este año, un promedio mensual 4,16 mil millones", comentó una fuente interna a El Cronista sobre el saldo a favor.
Es un número que se alcanza a pesar de las importantes indemnizaciones y premios por jubilación que paga el organismo a sus empleados. Según reveló hace días atrás el diario La Nación, con base en un pedido de información pública, entre enero y septiembre se fueron $ 66.221 millones por indemnizaciones.
La cifra del superávit, que podría ser mayor, habría sido la que despertó el interés en la cúpula de la Casa Rosada. Frente a la consulta por parte de este medio a fuentes oficiales del organismo no existió una confirmación ni un rechazo al momento de publicación de esta nota.
En el presupuesto 2024, que se encuentra en el sitio oficial de la ARCA, se proyectaban un resultado económico de $ 289.987 millones. A partir de ingresos corrientes de 2,5 billones y gastos corrientes de 2,2 billones de pesos.
De los cuales, si se le sumaban los ingresos de capital ($ 20.258 millones) y se le restaban los gatos de capital (91.595 millones de pesos) arrojaban un resultado financiero de $ 218.651 millones para en este año.
"Hay dos cajas importantes, la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) donde ya pusieron Fernando Bearzi, ex asesor financiero de Noctua -una offshore que se le atribuyó a Luis Caputo-, y ahora descubrieron la de la ARCA", destacaron.
Luego de meses de rumores y tras la salida de Florencia Misrahi por una causa inválida, el ministro de Economía ganó poder con la designación de un hombre de sus filas al frente: Juan Pazo. El ex funcionario de Industria días atrás le reconoció a los gremios que su desembarco en el organismo en reestructuración no estaba en sus planes.
Prueba de ello fueron los movimientos que se generaron la semana previa, donde se anunció que Pazo dejaba la Secretaría de Coordinación y Producción para acompañar Gerardo Werthein en Cancillería. Fue un pase que no llego a concretarse.
La cabeza de la Dirección General Impositiva (DGI) quedó para Andrés Vázquez, cuya designación, al igual que la de la Aduana, Andrés Velis, se produjo por medio de un decreto presidencial ante la negativa de Misrahi de firmar dichos ingresos.
Según pudo saber este medio, durante los primeros días de enero se llevará a cabo la presentación del nuevo organigrama. Siendo un pedido formal del presidente Javier Milei y al que se le fijó una fecha máxima: 60 días hábiles desde la publicación del Decreto 953/2024.
"Van a recortar subdirecciones, si hoy hay diez van a pasar a dejar cinco", aseguraron fuentes internas. Siendo una tarea que habría recaído sobre el flamante subdirector general de Fiscalización, Sergio Ruffail.
Pero aún queda por saber qué sucederá con la desvinculación de los 3.155 agentes por haber ingresado, supuestamente, de forma irregular durante la gestión kirchnerista. Sobre todo, por los egresos que se produjeron desde semanas previas al anuncio de disolución de la AFIP, que a diciembre proyectan que restarán cerca de 1.500 trabajadores a la planta.
Según comentan, la reacción de los gremios y las medidas de fuerza, como las que sucedieron en octubre, dependerá de la decisión que tome la nueva gestión de la ARCA respecto a las desvinculaciones. Una cuestión sobre la que ni Misrahi en su momento ni ahora Pazo quieren hablar.