Mantener una dieta completa que aporte todas las propiedades necesarias para el organismo es fundamental para el cuidado de la salud. Cada nutriente cumple una función particular en nuestro cuerpo por lo que es fundamental asegurarse de tener una alimentación variada.
Sin embargo, hay uno en particular cuyo aporte es verdaderamente integral: el omega-3. Este ácido graso poliinsaturado ha demostrado tener efectos positivos en el alivio del dolor de las articulaciones y todos los tejidos conectivos, mejoras en la visión y una protección contra el deterioro cognitivo generado por la edad.
Un gran número de investigaciones respalda sus beneficios. La Clínica Universidad de Navarra explica como maximizar la absorción de este compuesto en sus tres formas: el ácido eicosapentaenoico (EPA), el ácido alfa-linolénico (ALA) y el ácido docosahexaenoico (DHA).
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Uno de su gran número de beneficios es su acción en la preservación del deterioro cognitivo. De acuerdo con un estudio publicado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, los suplementos de ácidos grasos de cadena larga omega 3 (AGCL n-3) pueden ser usados como una medida preventiva.
Además, otra investigación sugiere que aquellas personas que consumen regularmente este compuesto tienen menos probabilidades de desarrollar una pérdida de la función cerebral.
A su vez, este mismo estudio sugiere que su consumo preventivo puede ser más eficaz en instancias tempanas del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer u otras condiciones neurodegenerativas.
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Otra de sus principales funciones es el fortalecimiento de los huesos y las articulaciones mediante el aumento de los niveles de calcio en el organismo. Una investigación explica cómo esto puede contribuir a la mejora de condiciones como la artritis y la osteoporosis.
De esta forma, particularmente cuando se trata de aliviar dolores de tejidos conectivos, otro estudio reveló que existe una conexión entre el consumo de los ácidos grasos omega-3 y la reducción significativa de los síntomas agravantes en pacientes que sufren de osteoartritis en las articulaciones sinoviales (por ejemplo, el codo, la rodilla el hombro y la cadera, entre otras).
A pesar de la evidencia científica el consenso de la comunidad es que todavía falta un mayor número de investigaciones que reafirmen estos descubrimientos, por lo que se recomienda suplementar su consumo solo bajo supervisión de un profesional de la salud.
En el caso de la salud ocular, el consumo de estos ácidos grasos ha demostrado mejoras en casos de degeneración macular, una de las principales enfermedades causantes de la pérdida de la visión en personas de edad avanzada.
Esto se debe a que el DHA, una de las tres formas de omega-3, es uno los componentes principales de la retina: el órgano que permite captar la luz y procesar la información visual.
De acuerdo con un estudio realizado en ratones y publicado en la revista Nature, el uso de suplementos de DHA podrían beneficiar a aquellos pacientes con pérdida visual causada por enfermedades como el Alzheimer y la diabetes. Sin embargo, se requiere de más investigación para reglamentar su uso en humanos.
De acuerdo con la Clínica Universidad de Navarra, la mejor manera de incorporar omega-3 a la dieta es a través del consumo de pescados y mariscos de 3 a 4 veces por semana debido a sus altas concentraciones de este nutriente.
Sin embargo, para poder maximizar sus efectos y asegurarse de obtener una mayor absorción, la institución recomienda combinar su consumo con comidas ricas en grasas saludables como la palta, el aceite de oliva y las nueces.
Además, se recomienda realizar actividad física y asegurarse de tener una ingesta saludable de agua para fomentar la correcta incorporación de los nutrientes al organismo.