Un grupo de ciudadanos de la provincia de Buenos Aires tendrán un feriado el viernes 22 de noviembre porque se celebra la festividad patronal del municipio de General Pueyrredón.
En esta fecha se celebra el Día de Santa Cecilia, patrona de la ciudad según la tradición católica. A partir de la celebración, los servicios y las clases de la administración pública se verán afectados, informaron medios locales.
El asueto decretado por el intendente Guillermo Montenegro deriva de la Resolución 530/2024 del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires donde, a partir de la solicitud de la Municipalidad, se declaró como día no laborable.
El asueto alcanza tanto a la administración pública como al Banco de la Provincia de Buenos Aires, y establece que podrá ser feriado "optativo" para el sector privado, ya sea la industria, el comercio u otras actividades.
Para otorgar ese día de asueto, se debe a que pasa por las festividades locales (patronales, funcionales o históricas) y que "fomentar dichas celebraciones y facilitar una mayor participación de la comunidad".
Como todos los años, el asueto por Santa Cecilia abarca todos los servicios municipales. Además, suele afectar a distintas áreas de la administración pública provincial, como por ejemplo el Hospital Materno Infantil, que suele ofrecerse guardias mínimas de los servicios en fechas especiales.
También alcanza a trabajadores de áreas privadas (oficinas de EDEA) y otros estatales, como las dependencias de gestión estatal. En ese sentido, desde la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) no abrirá sus oficinas.
Cecilia provenía de una familia noble de Roma. La leyenda cuenta que la mujer solía hacer penitencias y consagró su virginidad a Dios. Al convertirse al cristianismo, intentó mantener su castidad, aunque sus padres la obligaron a casarse con un noble pagano de nombre Valeriano.
La mujer logró captar la atención de su esposo y le explicó que un ángel custodiaba su castidad. Lo convenció de que él podía ver también a ese ángel de la guarda, que podría entrar en cólera si corrompía su promesa. Por lo que Valeriano se encomendó a los deseos de su esposa y se convirtió al cristianismo. Juntos llevaron a 400 paganos a transformarse en creyentes, por lo que fueron martirizados.
Cecilia fue enclaustrada en su casa donde la prendieron fuego. Al no lograr asesinarla de esa manera, el verdugo trató de decapitarla en tres ocasiones, pero el hacha no lograba terminar el corte. Esto provocó el asombro y susto de ese verdugo, que huyó corriendo y dejando gravemente herida a Cecilia que terminó perdiendo la vida tres días después a causa de las graves heridas.