El team building (construcción de equipos) es un ritual. Un ritual moderno en el mundo corporativo: ejercicios para fomentar la unidad, talleres de comunicación y dinámicas de aventura son solo algunas de las fórmulas que prometen hacer que los equipos trabajen mejor juntos.
Esta tendencia, alimentada por una industria que genera miles de millones de dólares cada año, parece imparable. Sin embargo, ¿qué tan efectivas son realmente estas actividades en lograr una cohesión duradera? Y, más importante aún, ¿están las empresas alcanzando el retorno de inversión deseado, o están simplemente construyendo relaciones que se evaporan al primer conflicto?
El estudio de la consultora Gallup, que destaca que solo el 30% de los empleados en EE.UU. se sienten realmente comprometidos con su trabajo, ha impulsado a muchas empresas a invertir en experiencias de team building para cambiar esta estadística. Pero expertos en comportamiento organizacional, como el profesor Rob Cross de Babson College, advierten que, sin un enfoque estructurado y estratégico, estas actividades pueden quedarse en un estado de entusiasmo temporal y no llevar a cambios reales en la dinámica del equipo. A continuación, exploraremos las principales desventajas y ventajas de esta práctica.
Además, si un team building no tiene relación con el negocio en sí, de poco sirve que funcione como un fuego artificial que dura instantes. Lo que se necesitan son equipos cohesionados y que perduren en el tiempo.
Así como muchos se entusiasman con diversas dinámicas que parecen entretenidas, como especialista en el tema identifico varios desvíos que pocas veces son tomados en cuenta por los responsables de organizar estas actividades en las empresas. Aquí van algunas de las contras:
La sensación de unidad y optimismo suele desaparecer rápidamente una vez que los empleados vuelven a sus rutinas. Las actividades intensas de un día generan un "subidón" emocional, pero sin un plan a largo plazo, esa motivación se desvanece, a menudo en menos de una semana. Como ha señalado David Burkus, experto en liderazgo, el team building debería enfocarse más en los vínculos a largo plazo que en la excitación inmediata.
Las actividades de team building a menudo tienen poca relación con los desafíos reales del equipo en el día a día. En su investigación, MIT Sloan School encontró que el 60% de los empleados consideran que estas dinámicas no aportan soluciones a los problemas reales en la oficina. Esto crea una desconexión, y algunos empleados pueden llegar a ver estas actividades como una pérdida de tiempo. Por lo tanto, es un error que las empresas sólo quieran motivar con team building, sin previamente abordar de fondo los verdaderos desafíos en la interna diaria.
No todos los colaboradores disfrutan de actividades, especialmente aquellas que son físicas o altamente competitivas, e incluso las que por diversos motivos no se identifican con las dinámicas que los exponen ante los demás. En algunos casos, las diferencias personales pueden intensificarse, generando conflictos adicionales. Curiosamente, una estadística Según un estudio de la Harvard Business Review, el 45% de los empleados de empresas que implementaron team building expresaron sentirse forzados a participar en dinámicas donde no se sentían cómodos.
La industria del team building puede ser sorprendentemente cara, especialmente cuando se contratan servicios de alto nivel. Empresas medianas y grandes pueden llegar a gastar miles de dólares en una sola sesión, con pocas métricas claras de retorno de inversión. Sin un plan de seguimiento y objetivos medibles, los costos pueden superar los beneficios.
Para empleados sobrecargados o menos extrovertidos, estas actividades pueden ser percibidas como "trabajo extra" en lugar de un momento de esparcimiento. Según McKinsey, el 50% de los empleados sienten que las sesiones de team building son poco más que una obligación social, lo que lleva a una reacción de rechazo y disminución en la moral en algunos casos.
Como todo, hay dos visiones posibles, y, efectivamente, estas intervenciones para la construcción de equipos tienen su lado positivo, si están facilitadas en forma profesional y no se quedan, exclusivamente, con la experiencia física o lúdica. Algunos de los beneficios son:
Un equipo que se conoce a nivel personal suele tener mayor empatía y disposición a colaborar. Investigaciones de la Stanford Graduate School of Business muestran que los equipos con actividades de team building tienden a expresar mayor comprensión mutua, mejorando el flujo de trabajo y reduciendo los conflictos internos si estos procesos son bien facilitados y se rescatan los objetivos principales planteados por la empresa.
Aunque temporal, el impulso de moral que generan estas actividades puede ser significativo, especialmente para equipos que pasan por períodos de alta presión o estrés. Gallup señala que los trabajadores que participan en dinámicas positivas muestran una mejora de hasta el 20% en sus índices de satisfacción laboral durante el mes posterior a la actividad.
En el ambiente estructurado de una oficina, es difícil que surjan interacciones informales o espontáneas. Al sacar al equipo de ese contexto, una experiencia de este tipo permite romper las jerarquías y abrir canales de comunicación, lo que facilita la colaboración. Esto es especialmente útil en equipos donde existen barreras jerárquicas o interdepartamentales.
Un equipo que experimenta momentos compartidos tiende a generar un sentido de "nosotros" frente a "ellos", un factor que fortalece el sentido de pertenencia en el entorno laboral. El secreto está en que los colegas se conocen en un entorno diferente, donde usualmente se desafían y muestran aspectos que están ocultos en el día laboral habitual.
Las actividades de team building son una buena forma de romper la rutina y fomentar la innovación. Al salir de la estructura de roles del día a día, las personas suelen sentir mayor libertad para proponer ideas o resolver problemas desde un enfoque distinto. Como indica el Center for Creative Leadership, los equipos que participan regularmente en estas actividades muestran hasta un 30% de incremento en su disposición para asumir riesgos creativos, lo cual es muy necesario en épocas cambiantes y de incertidumbre constante.
Si eres la persona encargada de contratar estos servicios de entrenamiento, aquí van algunas ideas para tomar en cuenta:
Escoge experiencias alineadas con los objetivos y retos específicos de la empresa y del equipo a entrenar. Por ejemplo, es recomendable que evites actividades que solo sean divertidas o de destreza física (que son muy habituales y casi un cliché corporativo). Puedes optar por programas que aborden habilidades concretas como la comunicación o la resolución de problemas, y no necesariamente tienen que ser físicas. Además, es importante contar con un seguimiento en las semanas y meses posteriores, ya que te permitirá sostener el impacto a largo plazo.
Es importante equilibrar lo estructurado con espacios de espontaneidad. Las mejores actividades de team building permiten a los participantes interactuar de forma natural, sin la presión de cumplir con tareas específicas; y los que mejor funcionan son aquellos que desafían no sólo lo físico, sino la destreza colaborativa, el diseño de pensamiento disruptivo y nuevas formas de resolver problemas.
No todos los equipos se beneficiarán de la misma manera de una experiencia de alta energía o competitiva. Antes de decidir, evalúa el perfil de tu equipo para asegurar que la actividad elegida sea inclusiva y motivante para la mayoría de los participantes, evitando los formatos que puedan resultar invasivos o incómodos para algunos. Hay muchas personas a las que no les gusta exponerse, o mostrarse en entornos arriesgados, por el motivo que sea. La sensibilidad en la facilitación del proceso es clave para que se llegue a buen puerto.
Por lo que hemos revisado, para evitar la trampa de lo efímero y lo superficial, las empresas necesitan asegurarse de que estas actividades estén alineadas con sus objetivos, que sean diseñadas a medida para la empresa, y que tengan un impacto medible y sostenible.