Después de haber tenido que suspender más de 20 vuelos internacionales desde el fin de semana, Aerolíneas Argentinas canceló este martes otros cinco, esta vez de cabotaje, por la misma razón: las tripulaciones ya no estaban certificadas para operar los aviones, debido a la medida de fuerza que lleva adelante APLA, el gremio de pilotos, que incluye el no cumplimiento de horas de práctica en los simuladores de la empresa.
Hasta ahora, ese problema había ocurrido con los vuelos operados con aviones Airbus 330-200, 10 aviones en total. Sin embargo, con las cancelaciones del martes, se extendió también a los Boeing 737-700, de los cuales la empresa tiene ocho unidades en su flota.
Por eso, en Aerolíneas, anticipan que habrá más cancelaciones y que está trabajando en un listado para notificar a sus pasajeros.
Por lo pronto, las cancelaciones de este martes afectaron a dos dos servicios ida y vuelta de cabotaje. Si bien se trata de dos tripulaciones, como son rutas de varios tramos, significaron cinco vuelos cancelados.
El primer servicio cancelado fue el AR 1530, que une Aeroparque con la Ciudad de Córdoba, y estaba previsto para las 16.
La otra ruta que no se pudo llevar a cabo implicó a tres vuelos: una ruta que parte de Aeroparque a Córdoba y, luego, une la ciudad mediterránea con Comodoro Rivadavia y, a la vuelta, va de esa ciudad chubutense a la terminal de la Capital Federal.
Hasta ahora, Aerolínas había tenido 25 cancelaciones desde el fin de smeana, que afectaron a 2178 pasajeros. Fueron vuelos internacionales, a destinos como Cancún, Miami, Roma y Madrid, que se hacían con los Airbus 330-200. La empresa debió reubicar pasajeros en vuelos de otras operadoras, como GOL y Avianca.
Como las cancelaciones ya alcanzan a otro tipo de flota, que afectó ya a los vuelos de cabotaje, se encendieron luces amarillas en el Gobierno. El Ejecutivo piensa en un plan de contingencia, para el cual busca respaldarse en las low cost.
El ministro de economía, Luis Caputo, y el Secretario de Transporte, Franco Mogetta, se reunieron con el CEO regional de JetSmart, Estuardo Ortiz, y su número uno en el país, Gonzalo Pérez Corral. Los ejecutivos anunciaron la incorporación del avión número 11 de la empresa en el mercado local, para incrementar sus frecuencias. A la tarde, fuentes oficiales se tomaron de ese encuentro para sondear algún tipo de alternativa, ante la imposibilidad de Aerolíneas de cumplir con sus servicios.
La semana pasada, también Flybondi anunció que sumará dos nuevas aeronaves extranjeras a su flota. Lo hará de cara a la temporada de verano y aumentará su capacidad operativa en un 13 por ciento.
Después de las cancelaciones por falta de pilotos habilitados, Aerolíneas anunció el lunes que decidió suspender las citaciones para las reuniones paritarias en busca de nuevos aumentos salariales hasta que se levanten las medidas de fuerza.
La comunicación fue enviada a la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) y la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA).
Las negociaciones con estos sindicatos se habían reanudado el pasado jueves, tras más de dos meses sin avances. En dicho encuentro, a la que asistieron altos funcionarios del área de transporte y de la Jefatura de Gabinete, se apuntó a la buscar soluciones para minimizar el impacto en los pasajeros.
Tras esto, el viernes pasado se llevaron a cabo reuniones técnicas en las oficinas centrales de la aerolínea y se programaron encuentros de seguimiento para esta semana. Sin embargo, a pesar de este contexto de reapertura del diálogo, APLA se había sumado al paro de transporte convocado para el miércoles pasado -que paralizó toda la operación de la empresa- y mantuvo la medida de que los pilotos no asistan al centro de capacitación, con lo cual van perdiendo sus licencias semestrales.
APLA es el gremio que dirige Pablo Biró, dirigente sindical alineado con Hugo Moyano y al que la empresa expulsó de su directorio a comienzos de este mes.
En medio del conflicto, el lunes, la Justicia dio marcha atrás con la reincorporación de tres pilotos que habían sido despedidos por negarse a volar un avión Embraer para "no avalar el achicamiento de la empresa". En primera instancia, la Justicia laboral había ordenado reincorporarlos. Pero la Cámara del Trabajo revirtió ese fallo.
Los sindicatos se oponen a la privatización de Aerolíneas, decisión que el Gobierno efectivizó el mes pasado.
De hecho, el Presidente, Javier Milei, alegó que la firma tiene un déficit crónico desde su reestatización en 2008 y que la privatización permitirá que opere bajo criterios de "eficiencia comercial" y en "un ámbito de competencia en igualdad de condiciones" con las demás aerolíneas.
Grupo Abra, conformada por la colombiana Avianca y la brasileña GOL, es uno de los interesados en comprar, al menos una parte, de Aerolíneas. El año pasado las empresas firmaron un memorando de entendimiento para explorar oportunidades entre las dos organizaciones, específicamente en las áreas comerciales, de operaciones y tecnología.
Abra, por su parte, busca reunir marcas icónicas bajo un solo grupo para consolidar una red pan-latinoamericana de aerolíneas con el menor costo unitario en sus respectivos mercados, así como también programas de fidelización líderes en la región y otros negocios sinérgicos.
Una de las claves del acuerdo que las aerolíneas firmaron en octubre de 2023 es la posibilidad que tienen las empresas de mantener su completa independencia, autonomía, marcas, equipo y cultura. Entonces, si bien el acuerdo no contemplaba ningún cambio en las estructuras accionarias del grupo ni de las compañías mencionadas, la alianza sienta un precedente clave.