Un grupo de científicos ha emitido una grave advertencia sobre el Oceáno Atlántico, indicando que su posible colapso podría ocurrir antes de lo previsto.
De acuerdo al sitio Muy Interesante, este anuncio genera preocupación debido a la importancia del océano en la regulación del clima global. Según los expertos, el tiempo para tomar acción se agota y los efectos de un eventual colapso podrían ser devastadores.
La Circulación de Retorno del Atlántico Norte (AMOC) es un sistema crítico que transporta agua cálida desde los trópicos hacia el norte y devuelve agua fría hacia el sur.
Sin embargo, 44 científicos de distintas instituciones, liderados por el climatólogo Michael Mann de la Universidad de Pensilvania, advierten que la AMOC está mostrando señales de debilitamiento.
Esta situación podría llevar a un punto crítico en el que el sistema colapse, alterando no solo el clima de Europa y América del Norte, sino también afectando a ecosistemas de todo el mundo.
Principales consecuencias del colapso de la AMOC:
Los efectos del colapso de la AMOC no se limitarían solo a los países nórdicos. La carta abierta al Consejo Nórdico de Ministros detalla que una interrupción en este sistema oceánico podría resultar en una redistribución significativa de las lluvias, lo que generaría sequías más severas y podría comprometer la producción agrícola en diversas regiones.
Adicionalmente, la falta de movimiento en las corrientes oceánicas afectaría la distribución de nutrientes en el mar, poniendo en riesgo a muchas especies marinas y, por ende, a la economía de quienes dependen de la pesca.
La comunicación de los científicos también destaca la necesidad de que los países nórdicos lideren una respuesta global. Recomiendan utilizar su posición para impulsar el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París, buscando limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Además, sugieren la realización de estudios sobre los riesgos específicos que enfrentan, para así poder implementar medidas adecuadas de adaptación. Sin embargo, enfatizan que la única solución a largo plazo es la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El mensaje es claro: la amenaza del colapso de la AMOC es inminente y las acciones deben tomarse con urgencia. La continuidad de un sistema climático estable depende de la respuesta conjunta ante esta realidad.