Si hay un economista que con sus puntos de vista colabora con la visión del Gobierno, ayudando a hacer entender los objetivos de Javier Milei y del equipo económico, ese es Ricardo Arriazu. Identificado como un defensor del sentido común, el economista tucumano es un liberal convencido que aborrece de los controles, como dejó en claro ayer al exponer en las Jornadas Monetarias que organizó el BCRA. Pero también sostuvo que antes de que la economía pueda moverse con un tipo de cambio libre y sin restricciones, el dólar tiene que dejar de ser una unidad de cuenta que altere los precios. De lo contrario, un salto en la inflación fuera de los límites tolerables puede derivar en un colapso social.
Arriazu aconsejó avanzar, pero con prudencia. "Si mis números son correctos y hay confianza, en algún momento del año que viene van a poder decidir que el tipo de cambio sea libre. Pero luego tienen que estar pensando cómo hacer la política monetaria", sostuvo.
Para el economista, el tiempo que se está tomando el Gobierno colabora con otro objetivo clave: construir credibilidad en torno a un cambio de régimen, que tiene ahora como punto de partida un estricto respeto del superávit fiscal.
La estrategia del BCRA, compartida por Arriazu, es evaluar los bolsones de pesos que quedan en la economía. Aceptan que una mayor recuperación acelerará la demanda de dinero y despejará la chance de que el dólar recupere el atractivo del pasado. Pero como señaló Gustavo Cañonero, ex número dos del Central en la gestión Macri, hoy parte de los pesos están encapsulados en las colocaciones de deuda del Tesoro.
¿Se puede normalizar la economía en el mientras tanto? Como reconocieron Milei y Luis Caputo antes el FT, si mañana el FMI acepta armar un nuevo programa con fondos frescos por encima de u$s 10.000 millones, la principal barrera se elimina y el cepo ser termina de un día para el otro. Pero las chances de que eso suceda son lejanas. Por eso el Presidente asegura que se puede crecer con cepo. No es una certeza, sino una apuesta.
Las empresas tienen más vocación de invertir, pero necesitan saber cómo va a funcionar el régimen monetario y cambiario hasta que se levante el cepo, y después también. Hoy el Ejecutivo tiene todas las cartas puestas en el RIGI, porque esquiva esa barrera. La pregunta de los consultores es si ese flujo alcanza. Los planes corporativos no se resuelven tan fácil. El mundo financiero está generando préstamos en dólares que le sirven al BCRA para cumplir sus objetivos. Para el resto falta. El campo, Vaca Muerta, el litio, todos demandan claridad. Así vamos.