Si bien el ministro de Economía, Luis Caputo, no para de decir en declaraciones públicas que no hay ningún tipo de apuro en salir del cepo, levantarlo es crucial para que baje el riesgo país y poder tener acceso a los mercados de deuda internacionales, para no tener que recurrir a un REPO por sólo seis meses a una tasa de casi el 10% anual.
El apuro, por decirlo de alguna manera, es que durante 2025 y 2026 los vencimientos de deuda suman u$s 41.400 millones, cuando hoy el Banco Central tiene reservas netas negativas por u$s 6.000 millones.
El BCRA estrenará en breve el nuevo billete de $ 20.000: qué harán con los cajeros
Blanqueo: el as en la manga que tiene Caputo para financiarse con los dólares
Entre bonos soberanos, provinciales, Bopreal, Fondo Monetario Internacional y otros organismos, el sector público enfrenta vencimientos por u$s 20.400 millones el año que viene, cifra que, en el mejor de los casos, solo puede renovarse parcialmente, considerando el riesgo país actual, por encima de los 1200 puntos.
Los analistas de la consultora 1816 advierten que, más allá de las chances de llegar a la elección 2025 sin levantar el cepo, en 2026 el sector público tiene vencimientos por otros u$s 21.000 millones, de modo que más temprano que tarde la Argentina necesita recuperar acceso al mercado voluntario de deuda, para lo cual habrá que acumular reservas y para eso en algún momento habrá que asumir el riesgo de liberar.
Si bien las exportaciones netas en 2025 se estiman en u$s 15.800 millones, según el REM del BCRA, el impacto en el mercado oficial sería casi nulo si el 20% de las expo continúa liquidándose en el contado con liquidación, ya que habrá mayor presión por las importaciones, sin el impuesto PAIS, que finaliza el 31 de diciembre de este año.
En LCG remarcan que, de hecho, el pago de importaciones comenzó a ser mayor que las importaciones devengadas: 104% versus 95% en julio, algo que se descontaba. Esto se acentuará en los próximos meses debido a la reducción del esquema escalonado de pagos de importaciones, de 4 a 2 cuotas.
En septiembre, octubre y noviembre los pagos representarán, como consecuencia del nuevo esquema, entre 1,25 y 1,5 meses de importaciones, presionando sobre la demanda de divisas.
De ahí la necesidad de eliminar o modificar el blend, para que las exportaciones se liquiden en un 90% o 100% en el mercado oficial, aunque poniendo en riesgo la brecha cambiaria, ya que habrá menor oferta de divisas en el dólar financiero.
Desde la consultora Outlier hacen hincapié en un punto clave en cuanto a la salida del cepo: "Hay una baja predisposición a flotar y eso es lo que condiciona la salida del cepo, pues no flotar o flotar muy sucio requiere de un nivel de liquidez en moneda extranjera que hoy el BCRA no tiene y que es costoso conseguir con cepo, lo cual demora la salida y deja a todas las condiciones que se fueron formulando durante estos meses en segundo plano".
Agregan que si la predisposición a flotar existiera, no habría mucho sentido en imponer una paridad de salida del cepo más allá de minimizar la volatilidad inicial.
"Ahí engancha lo del FMI y el objetivo que haya nuevos desembolsos. Seguimos creyendo que el tema del régimen monetario-cambiario post cepo es lo que hace más ruido en el dialogo con el FMI".
En esta línea, desde GMA Capital alertan que, con la calma cambiaria actual y un mejor clima al esperado, los inversores continúan incrementando lentamente sus posiciones de protección frente a una devaluación, que probablemente implique la salida definitiva del cepo. Particularmente, sus ojos cada día se posan más en el cierre del primer trimestre del 2025.
"Esta fecha parece razonable desde un punto de vista político, teniendo en cuenta que las elecciones de medio término probablemente tomen lugar alrededor de 6 meses más tarde".
"Está claro que el objetivo es que el levantamiento de los controles se dé sin un salto abrupto en el dólar oficial. Sin embargo, unos meses de distancia entre la desarticulación de las restricciones cambiarias y las elecciones permitiría que la actividad tomara impulso y que la inflación se disipara, en caso de existir una aceleración pos-salida".