Militantes dispararon contra Israel desde múltiples frentes mientras el país conmemoraba el primer aniversario del ataque de Hamás del 7 de octubre, que desencadenó una guerra devastadora en Gaza en un conflicto que amenaza con desestabilizar toda la región.
En el año transcurrido desde entonces, los combates se han extendido por todo Medio Oriente: las fuerzas israelíes han intercambiado disparos con militantes en Yemen, Siria e Irak, han lanzado una feroz campaña de bombardeos y una ofensiva terrestre en Líbano y están al borde de un conflicto más amplio con Irán.
Minutos después de que comenzaran las conmemoraciones en Israel a las 6.29 de la mañana del lunes -la hora a la que Hamás lanzó su ataque sorpresa hace un año-, combatientes de Gaza dispararon cuatro cohetes contra Israel, obligando a los participantes en una vigilia en Kfar Aza, uno de los kibbutzim atacados el año pasado, a refugiarse.
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Hamás también lanzó cinco misiles que hicieron sonar las sirenas en Tel Aviv, mientras que Hezbollah disparó unos 135 cohetes contra el norte de Israel, según el ejército israelí. El lunes por la noche, militantes de Yemen dispararon un misil tierra-tierra que fue interceptado por las defensas aéreas israelíes.
Mientras tanto, Israel bombardeó objetivos en Gaza y lanzó duros ataques contra Hezbollah en el sur de Líbano. Más tarde, el lunes, el ejército israelí atacó los suburbios del sur de Beirut y advirtió a los civiles que se preparaba para "operar contra Hezbollah en la zona marítima".
Los paramédicos israelíes dijeron que dos personas habían resultado heridas en los ataques, mientras que el Ministerio de Salud de Líbano dijo que un ataque aéreo israelí contra un edificio municipal en la zona de Bint Jbeil había matado a 10 bomberos.
A pesar de los bombardeos, en todo Israel se celebraron vigilias para conmemorar el aniversario del atentado de Hamás del año pasado. En el lugar donde se celebraba el festival de música Nova, uno de los centros de la embestida del grupo, el presidente israelí, Isaac Herzog, depositó una corona de flores en una ceremonia que comenzó con la última canción interpretada en la fiesta del año pasado.
"Esta es una cicatriz en la humanidad", dijo. "Esto es una cicatriz en la faz de la tierra".
El ataque del 7 de octubre por parte de Hamás fue el día más mortal para los judíos desde el Holocausto: la organización mató a 1200 personas israelíes, y tomaron como rehenes a otras 250 personas, según las autoridades.
Más de 100 personas siguen secuestradas en Gaza, aunque las autoridades israelíes han declarado que no se cree que todas estén vivas.
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Familiares de los rehenes con fotos de sus seres queridos se reunieron el lunes frente a la casa del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén, donde guardaron un minuto de silencio.
En respuesta al ataque de Hamás el año pasado, Israel lanzó un asalto masivo contra Gaza que ha matado a casi 42.000 personas, según funcionarios palestinos, desplazado a la mayoría de sus 2,3 millones de habitantes y alimentado una catástrofe humanitaria.
El lunes, Israel emitió nuevas órdenes de evacuación para las zonas del norte del enclave, indicando a los residentes que se dirigieran al sur después de que sus fuerzas lanzaran una nueva ofensiva en Jabalia el domingo, bombardeando y rodeando el barrio, y de que las autoridades dijeran que Hamás se estaba reagrupando allí.
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A pesar del recrudecimiento de los combates en Gaza en las últimas semanas, Israel ha centrado cada vez más sus fuerzas en su frontera con Líbano, donde ha estado intercambiando disparos con Hezbollah desde que el grupo comenzó a lanzar cohetes contra Israel en apoyo de Hamás.
La semana pasada, Israel inició una ofensiva terrestre contra Hezbollah tras una devastadora campaña de bombardeos que ha diezmado la cadena de mando del grupo -incluida la muerte de su líder, Hasaan Nasralah-, ha dejado más de 1300 muertos y ha desplazado a cientos de miles de personas.
Durante la noche, las fuerzas israelíes bombardearon más objetivos en Beirut, tras una ronda de ataques el domingo que, según datos de Acled, fue la noche más intensa de las dos semanas de campaña aérea israelí.
En un indicio de que Israel estaba intensificando su ofensiva terrestre en Líbano, el ejército israelí dijo el lunes que soldados de una tercera división -la 91- se habían unido a los combates.
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También advirtió a la población que no visitara las playas libanesas ni utilizara embarcaciones en ningún punto al sur del río Awali, situado a unos 60 km de la frontera con Israel y por encima de la importante ciudad meridional de Saida, afirmando que se estaban preparando para operar en la zona.
La espiral de hostilidades también ha atraído a Irán, que la semana pasada lanzó 180 misiles balísticos contra Israel en una andanada que, según dijo, era una respuesta al asesinato de Nasrallah y a la muerte del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán en julio.
Netanyahu ha prometido represalias por el ataque con misiles, y el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró el domingo que la respuesta se produciría "de la manera que elijamos, en el momento y lugar que elijamos".
