Irán lanzó una andanada de misiles contra Israel el martes por la noche, horas después de que las fuerzas israelíes lanzaran una ofensiva terrestre contra Hezbollah en el sur de Líbano, mientras la región se acerca a una guerra total.
El ejército israelí declaró que se habían disparado unos 180 misiles contra Israel desde Irán desde el comienzo del ataque, hacia las 19.30 hora local, lo que obligó a millones de personas a protegerse en refugios.
Las sirenas sonaron en todo el país entre el estruendo de los misiles interceptores disparados contra los proyectiles iraníes.
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"Este ataque tendrá consecuencias", declaró Daniel Hagari, vocero del ejército israelí. "Tenemos planes y actuaremos en el lugar y el momento que decidamos". "Hemos llevado a cabo un gran número de interceptaciones", dijo Hagari y agregó: "Hubo algunos impactos en el centro y en otras zonas del sur del país", dijo, añadiendo que los militares no tenían constancia de que hubiera víctimas.
El ataque iraní, que se produjo con escaso aviso previo, supuso una gran escalada de las tensiones entre Irán e Israel, que recientemente ha intensificado los ataques contra los proxies de Teherán, especialmente Hezbollah en Líbano.
Las Guardias Revolucionarias de Irán dijeron que habían lanzado decenas de misiles balísticos contra el espacio aéreo israelí en represalia por los asesinatos la semana pasada del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y de un alto mando de las Guardias en Beirut.
Dijeron que el asalto también fue en respuesta al presunto ataque israelí que mató al líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán en julio.
"Las Fuerzas Aeroespaciales de las Guardias han apuntado al corazón de los territorios ocupados", dijeron, señalando que la decisión de lanzar el ataque con misiles había sido aprobada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, presidido por el presidente Masoud Pezeshkian.
"Esto se produce después de un período de moderación... tras la escalada de las acciones agresivas del régimen sionista", añadieron, advirtiendo que cualquier respuesta israelí provocaría ataques "devastadores" contra objetivos en el país.
En un comunicado, la Guardia dijo que el 90% de los misiles lanzados habían alcanzado sus objetivos.
Los medios de comunicación estatales iraníes difundieron videos en los que afirmaban que los ataques con misiles habían alcanzado con éxito sus objetivos, entre ellos "el corazón de Tel Aviv", una base aérea y un aeropuerto civil.
Más tarde, Irán anunció la cancelación de todos los vuelos con origen o destino en el aeropuerto internacional de Teherán.
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En Washington, el presidente estadounidense, Joe Biden, convocó una reunión de emergencia con la vicepresidenta, Kamala Harris, y su equipo de seguridad nacional para analizar el ataque.
Biden ha ordenado al ejército estadounidense "que ayude a la defensa de Israel contra los ataques iraníes [y] derribe los misiles dirigidos contra Israel", declaró la Casa Blanca.
Tras la reunión, el asesor de seguridad nacional estadounidense Jake Sullivan declaró: "Basándonos en lo que sabemos en este momento, este ataque parece haber sido derrotado e ineficaz". Y añadió: "Hemos dejado claro que habrá consecuencias, graves consecuencias, por este ataque, y trabajaremos con Israel para que así sea".
Tras las advertencias iniciales del ataque, horas antes de los misiles, el crudo Brent, precio de referencia internacional del petróleo, subió 5,2%, hasta los u$s75,39 el barril, tras haber cotizado a la baja en la jornada anterior. También subió el precio del oro.
Es probable que el ataque iraní -que se produjo con mucha menos antelación que el de abril, cuando Teherán lanzó más de 300 misiles y drones contra Israel en un ataque telegrafiado que causó daños limitados- desencadene una enérgica respuesta israelí.
Aquella vez el gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu tomó represalias con un ataque calibrado con misiles contra una base cercana a la ciudad iraní de Isfahan.
Pero Netanyahu ha intensificado su retórica contra Teherán en las últimas semanas. El lunes le advirtió a Irán que "no hay ningún lugar en Medio Oriente al que Israel no pueda llegar".
El ataque con misiles del martes se produjo horas después de que Israel lanzara una ofensiva terrestre en Líbano, intensificando su campaña contra Hezbollah, apoyada por Irán, tras lanzar una serie de devastadores ataques aéreos contra el grupo.
En las dos últimas semanas, Israel ha asesinado a Nasrallah, llevó a cabo una campaña de bombardeos que ha causado más de 1000 muertos en Líbano y desplazó tropas al otro lado de la frontera.
Israel ha descrito su ofensiva en Líbano como "incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas" contra Hezbollah en el sur del país.
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Afirma que su objetivo es garantizar la seguridad en el norte de Israel para que puedan regresar unas 60.000 personas desplazadas por el lanzamiento de cohetes de Hezbollah.
La escalada regional ha ido acompañada de una intensificación de la retórica israelí, con funcionarios hablando de "derrotar" a Hezbollah y Netanyahu prometiendo la semana pasada "cambiar el equilibrio de poder en la región durante años".
Los dirigentes iraníes han afirmado en repetidas ocasiones que no quieren verse arrastrados a una guerra más amplia en Medio Oriente, y han añadido que la república islámica no caería en lo que han descrito como la "trampa" de Israel.
Pero después de parecer débil en casa y en la región con Hezbollah, su proxie más importante, recibiendo golpes devastadores de Israel, el régimen de Teherán decidió arriesgarse a un ataque directo contra el Estado judío.
También el martes, seis personas murieron cerca de una estación de tren ligero en Jaffa, al sur de Tel Aviv, y varias resultaron heridas durante un tiroteo que la policía israelí atribuyó a "terroristas".
Los autores de los disparos fueron "neutralizados", según la policía.