Steve Jobs, el icónico cofundador de Apple, era conocido no solo por su visión innovadora, sino también por su enfoque único para abordar los desafíos a través de su inteligencia y concentración. Pero, ¿cómo lo lograba?
En el mundo de la tecnología, donde las decisiones deben tomarse rápidamente y bajo presión, Jobs encontró una manera efectiva de despejar su mente y encontrar soluciones.
La feria de cosméticos y perfumes que vende todo con 50% de descuento: cuándo abre y dónde es
La clave de su método no radicaba en largas sesiones de trabajo frente a la computadora, sino en una simple y poderosa estrategia: salir a caminar.
Su biógrafo, Walter Isaacson, lo describe como alguien que utilizaba sus paseos para tener conversaciones profundas y significativas. Jony Ive, uno de sus colaboradores más cercanos, también recuerda cómo muchas de sus discusiones importantes ocurrieron mientras caminaban, a menudo en chanclas o descalzos.
Hoy en día, la neurociencia confirma lo que Jobs ya intuía. Según Mithu Storoni, neurocientífica de Cambridge, caminar no solo es beneficioso para la salud física, sino que también estimula la actividad cerebral.
En su libro Hyperefficient, Storoni explica cómo el movimiento promueve la claridad mental y la creatividad.
Investigar sobre la cantidad ideal de pasos sugiere que caminar entre 8.000 y 10.000 pasos al día puede disminuir el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2 y mejorar la salud mental.
Steve Jobs ya comprendía que esta conexión entre la actividad física y el bienestar mental era crucial para la productividad.
El Gobierno reglamentó el bono para jubilados y pensionados ANSES de octubre
Jobs tenía una aversión particular a las reuniones y utilizaba la "regla de los 10 minutos" para evaluar su efectividad. Aunque no era neurocientífico, sus métodos estaban en sintonía con principios científicos modernos.
Esta regla sugiere que si después de diez minutos de intentar resolver un problema no hay progreso, lo más recomendable es levantarse y caminar el mismo tiempo.
Este enfoque permite distanciarse de pensamientos estresantes y ver el problema desde una nueva perspectiva.
Caminar no solo ayuda a despejar la mente, sino que también fomenta un estado de apertura mental. Al cambiar de entorno, puedes permitir que surjan nuevas ideas y enfoques.
La actividad física ligera obliga a la mente a centrarse en el momento presente, lo que facilita la resolución de problemas.