Una reciente investigación científica-arqueológica ha revelado un hallazgo sorprendente: la muestra de queso más antigua de la historia, datada en aproximadamente 3.600 años y que fue extraída de una momia en la cuenca del Tarim, en China.
Este descubrimiento, publicado en la revista Cell, proporciona evidencia sobre la conservación de alimentos a lo largo de milenios. Además, amplía un nuevo enfoque sobre la evolución de las bacterias probióticas y el origen del queso de kéfir.
Qiaomei Fu, del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados de la Academia China de Ciencias, destacó la importancia de este hallazgo, señalando que se trata de la muestra de queso más antigua descubierta hasta ahora.
De acuerdo al portal Alimente+, este tipo de alimentos, especialmente el queso, son complejos de conservar a lo largo de milenios, lo que hace que esta oportunidad sea excepcional.
El estudio sugiere un nuevo origen para el queso de kéfir y la evolución de las bacterias probióticas. (Fuente: Pixabay)
Aproximadamente dos décadas atrás, se encontraron misteriosas sustancias blancas en las momias del cementerio de Xiaohe, en el noroeste de China, que pertenecen a la Edad del Bronce.
En ese entonces, se pensó que se trataba de un producto lácteo fermentado, aunque su identificación exacta no fue posible. Ahora, gracias a los avances en el análisis de ADN antiguo, el equipo liderado por Fu ha esclarecido este enigma.
Los investigadores lograron recuperar ADN mitocondrial de las muestras obtenidas en tres tumbas del cementerio.
En este proceso, se identificó ADN de vaca y cabra, lo que sugiere un manejo especializado de distintos tipos de leche animal por parte del antiguo pueblo de Xiaohe.
Este descubrimiento ofrece valiosos insights sobre la dieta y cultura de civilizaciones antiguas. (Fuente: Pixabay)
A diferencia de la mezcla de diferentes leches común en la elaboración de quesos de otras regiones, este pueblo aplicaba una técnica más diferenciada.
Entre los hallazgos más relevantes, Fu y su equipo confirmaron que las sustancias blancas eran efectivamente queso de kéfir. La muestra contenía especies bacterianas y fúngicas presentes en los granos de kéfir actuales como:
Fu también destacó que el estudio de estas bacterias proporciona datos sobre su evolución, como también ofrece una visión más amplia de la vida y cultura de las comunidades antiguas.
"Este es un estudio sin precedentes que nos permite rastrear la evolución de una bacteria durante milenios. Además, al analizar productos lácteos, estamos obteniendo un panorama más completo de cómo nuestros antepasados interactuaban con su entorno", concluyó Fu.
