La retención de talentos es uno de los principales desafíos de las compañías. Es por eso que los beneficios, como la posibilidad de capacitación y desarrollo, los aspectos salariales, así como políticas inclusivas y diversas son indispensables.
Fernando Radaelli, Owner de Dominio Cultural de Farmacity explicó: "La agenda de la gestión del talento sale del área de personas y se integra en el negocio. La gestión del talento tiene que ver con todos los líderes de la organización".
Sin embargo, Silvio Giusti, gerente de RR.HH. de Camuzzi expuso que el verdadero desafío es la retención de los talentos. Es por eso que las compañías "no solo tienen que desarrollar, sino robustecer las propuestas de valor para que sean más atractivas y los empleados quieran quedarse en la compañía".
Por su parte, Hernán Barletta, director asociado de HR de MSD Argentina señaló: "Hoy las demandas de nuestros empleados son completamente distintas si se comparan con las anteriores. En ese sentido, no es propio de una generación particular, sino que atraviesa a todas las generaciones".
Explicó, a su vez, que, en este caso, las organizaciones tienen dos aspectos claves donde poner el foco: "Uno es el caso de los líderes. Se necesitan líderes más cercanos, que tengan mejor comunicación, que puedan tener distintos tipos de conversaciones como feedback o desarrollo. Pero, también, administrar y manejar la diversidad de los equipos que tienen a su cargo".
El segundo punto, explicó Barletta, es la flexibilidad. En ese caso, "tiene que ver con cómo las organizaciones preparan su cultura organizacional para poder balancear entre las demandas de los colaboradores desde el punto de vista profesional como las que tienen desde el punto de vista personal".
En tanto, Radaelli comentó que todo lo que tiene que ver con "flexibilidad y cultura potente en la que una persona realmente puede sentir que aporta, que es talento, es indispensable. Entendemos que el talento no es para unos pocos o para aquel que se destaca, sino que tiene que ver con las habilidades que tiene cada persona y cómo las pone en juego a la hora de trabajar".
En este contexto, el ejecutivo comentó que ahora las organizaciones "tenemos que entender el contexto y darle esos espacios al colaborador para que pueda desarrollarse tranquilamente. Esto, entonces, obliga a tener diferentes políticas que anteriormente no estaban. Estamos constantemente innovando y entendiendo las necesidades de cada colaborador para ajustarnos a esa propuesta".
Y siguió: "Pasamos de un liderazgo vertical a uno de cercanía, mucho más positivo que no trabaja tanto en el cómo, sino en el qué".