A través de un increíble descubrimiento científico, investigadores han identificado una proteína desconocida que juega un rol clave en la percepción del tacto, revolucionando lo que se conocía hasta ahora sobre este sentido.
Este avance podría abrir nuevas vías para comprender cómo la piel, el órgano más extenso del cuerpo humano, detecta estímulos táctiles y los transmite al cerebro.
Un equipo de investigadores liderado por Gary Lewin, del Centro Max Delbrück de Medicina Molecular en Berlín, ha descubierto una proteína desconocida llamada ELKIN1, involucrada en el sentido del tacto.
Lewin, quien lleva más de dos décadas estudiando los canales iónicos, identificó esta proteína accidentalmente mientras analizaba tejidos de un melanoma en 2020.
Los canales iónicos son esenciales para convertir estímulos sensoriales, como el calor o la presión, en corrientes iónicas que llegan al cerebro.
Según reveló una noticia publicada por El País, para verificar la importancia de ELKIN1 en la sensibilidad táctil, los científicos realizaron una serie de experimentos en ratones utilizando la técnica CRISPR para modificar el gen que produce esta proteína.
Al hacerles cosquillas con un bastoncillo de algodón, observaron que:
Según los resultados, esta proteína trabaja en conjunto con otro canal iónico llamado PIEZO2, que ya había sido reconocido por su papel en la percepción de la presión.
Luego de observar los resultados en ratones, los investigadores trasladaron el experimento a neuronas sensoriales humanas.
Este descubrimiento abre la puerta a futuros estudios que podrían completar la historia del tacto y sus mecanismos. Los expertos creen que falta investigar su presencia en los corpúsculos sensitivos.