Una investigación científica revela la impresionante capacidad de los microbios para sobrevivir en condiciones extremas y su competencia para viajar por la atmósfera a distancias sorprendentes.
Según la investigación, múltiples tipos de bacterias y hongos demuestran una notable resistencia frente a la radiación ultravioleta y a la ausencia de humedad, lo que les permite tener el potencial para dispersarse globalmente.
Una reciente investigación científica publicada en la revista PNAS devela el asombroso nivel de resistencia de ciertos microbios que, a pesar de enfrentar condiciones extremas, pueden viajar distancias sorprendentes a través de la atmósfera.
Liderado por Xavier Rodó, investigador ICREA en ISGlobal de Barcelona, el equipo de investigación ha descubierto que diversos tipos de bacterias y hongos pueden sobrevivir a viajes atmosféricos que superan los 2.000 kilómetros.
El estudio se llevó a cabo mediante 10 vuelos en avioneta a altitudes que varían entre 1.000 y 3.000 metros sobre una región cercana a Tokio, Japón.
Los científicos se centraron en la capa límite planetaria de la troposfera, un área de menor fricción y aislada de la superficie terrestre, para examinar la posible presencia de organismos vivos en esta capa.
Utilizando puentes troposféricos, corrientes de aire que conectan distancias globales, los científicos recolectaron muestras que revelaron la presencia de más de 266 géneros de hongos y 305 géneros de bacterias. Entre estos microorganismos, se identificaron patógenos potenciales como:
Rodó destaca que, aunque el 35-40% de las especies encontradas podrían ser patógenas, las dosis presentes son generalmente subclínicas y no representarían un riesgo significativo para personas saludables.
Durante mucho tiempo, se consideró que la capa límite planetaria era un ambiente inhóspito para los microorganismos debido a la radiación ultravioleta y la falta de humedad.
Sin embargo, el reciente estudio demuestra que los microbios, posiblemente protegidos por aerosoles que los transportan, pueden sobrevivir en este entorno extremo. Además, los investigadores descubrieron lo siguiente: