Caballito, uno de los barrios más emblemáticos de CABA, tiene una historia tan singular como su nombre. En el siglo XIX, esta área era conocida por sus quintas y zonas rurales, pero su denominación proviene de una pulpería de 1804, famosa por una peculiar en forma que decoraba su fachada.
Este detalle pintoresco dejó una huella duradera en la memoria colectiva, transformando la identidad de la zona a medida que se desarrollaba de un entorno agrícola a un vibrante núcleo urbano lleno de edificios modernos.
La historia del nombre de Caballito se remonta a 1804, cuando don Nicolás Vila inauguró una pulpería en la esquina de las actuales Rivadavia y Emilio Mitre. Este establecimiento no era uno más: su veleta en forma de caballito se convirtió en un símbolo icónico de la zona.
En aquellos tiempos, Caballito era una zona de quintas lujosas, un refugio campestre para los porteños que buscaban escapar del bullicio de la ciudad. La llegada del ferrocarril en 1857 marcó un punto de inflexión para el barrio.
La inauguración del ferrocarril en 1857 impulsó el crecimiento y urbanización del barrio de Caballito (Fuente: Wikimedia Commons)
El sitio de Turismo Buenos Aires afirma que la estación de tren continuó el progreso del espacio con la instalación del tranvía y, más tarde, el subterráneo, que facilitaron aún más el acceso y el desarrollo del barrio.
El parque Rivadavia, inaugurado en 1928, añadió un nuevo elemento de importancia al área. Hoy en día, Caballito es uno de los barrios más residenciales de Buenos Aires, con su centro geográfico ubicado en la plaza Primera Junta.
En esta plaza, una réplica de la veleta del caballito sigue recordando los tiempos en que el barrio era el escape perfecto antes de entrar a la ciudad.
El parque Rivadavia, inaugurado en 1928, añadió un importante espacio verde a la zona de Caballito (Fuente: Roberto Fiadone / Wikimedia Commons)
La transformación de Caballito desde un área de quintas hasta convertirse en un barrio urbano moderno refleja un cambio significativo en la historia de Buenos Aires.
A lo largo de los años, la influencia del ferrocarril, el tranvía y el subterráneo han sido cruciales en este proceso, ayudando a conectar a Caballito con el resto de la ciudad y facilitando su desarrollo. Entre los hitos clave de esta evolución se encuentran:
