Un reciente descubrimiento científico ha revolucionado nuestra comprensión de la atmósfera terrestre. Utilizando el radar LARID, un innovador dispositivo para la observación atmosférica, científicos han detectado por primera vez una burbuja de plasma sobre las Pirámides de Egipto.
Esta tecnología de última generación, capaz de captar fenómenos a miles de kilómetros,reveló una estructura que hasta ahora era invisible para el ojo humano, abriendo nuevas puertas en el estudio de la interacción entre las pirámides y su entorno atmosférico.
Un avance significativo en la observación atmosférica se logró gracias al radar LARID, desarrollado en China y ubicado en la isla de Hainan, ha permitido detectar por primera vez una burbuja de plasma invisible sobre la Gran Pirámide de Giza, en Egipto, así como una burbuja similar en el hemisferio opuesto, en las Islas Midway, en el Pacífico.
El radar LARID, cuyo nombre completo es Radar de Ionosfera de Largo Alcance en Latitudes Bajas, realizó la detección entre el 4 y el 6 de noviembre de 2023.
El radar LARID, situado en China, detectó burbujas de plasma invisibles sobre la Gran Pirámide de Giza. (Fuente: Freepik)
Este descubrimiento se produjo durante una tormenta solar, que coincidió con la observación de las burbujas en ambos lugares. Los científicos utilizaron los ecos devueltos por el radar para rastrear y analizar el movimiento de estas burbujas de plasma.
Los datos en tiempo real permitieron examinar el tamaño, la velocidad y la evolución de estas estructuras a medida que se desplazaban a través de la ionosfera, una capacidad inédita hasta ahora.
Las burbujas de plasma se forman cuando grandes cantidades de electrones se pierden en una región de la ionosfera, creando zonas de baja densidad de partículas cargadas. Este fenómeno puede causar interrupciones en dispositivos de posicionamiento GPS y en las comunicaciones por satélite.
La capacidad del LARID para observar en detalle estas burbujas marca un avance en la monitorización atmosférica (Fuente: Pixabay)
Situado en la isla de Hainan, este sistema de alta frecuencia tiene un alcance de hasta 9.600 kilómetros, lo que le permite detectar fenómenos atmosféricos que están mucho más allá del horizonte visible.
Su tecnología se basa en la emisión de ondas electromagnéticas que viajan hacia la ionosfera, rebotan entre la capa atmosférica y la Tierra, y regresan al radar si encuentran una burbuja de plasma. Entre sus características destacadas se encuentran:
