El papa Francisco lanzó este lunes un inquietante mensaje sobre su futuro, en el marco de su gira de 12 días por la región Asia-Pacífico.
En la penúltima parada de un maratónico viaje por Asia y el Pacífico Sur, y rodeado de jóvenes fieles católicos en Papúa Nueva Guinea, el Sumo Pontífice de 87 años admitió durante un discurso que su puesto "no es un trabajo fácil".
El Santo Padre habló sobre los problemas que afronta la juventud y sugirió a los más de 10.000 asistentes la necesidad de orar, y de hacerlo en particular por él.
"Este no es un trabajo fácil", les dijo el Papa al final de su intervención, en el estadio Sir John Guise de Port Moresby.
L a máxima autoridad de la Iglesia Católica recorrió el estadio en un carrito de golf y fue recibido con mucha alegría por los jóvenes católicos que llegaron desde distintas partes del país sólo para verlo.
El Papa enfrenta por estos días el viaje más largo de su pontificado, por lo que las preocupaciones sobre su estado de salud no se hicieron esperar.
Sin embargo, tras varios días de recorrido, el Papa intentó borrar los temores y agradeció a su audiencia por un "bello encuentro" en medio de los coros de la multitud que gritaba "viva santo papa".
A los jóvenes también les habló sobre la necesidad de ayudar al prójimo y no caer en la indiferencia, "que es casi peor que el odio".
En esta oportunidad el papa Francisco optó por no dar un discurso preparado con antelación. "¿Un joven se puede equivocar?, ¿Un adulto se puede equivocar? ¿Y un viejo como yo se puede equivocar? Sí, todos podemos equivocarnos", subrayó.
En este contexto, aseguró que lo importante es darse cuenta de la equivocación y "no quedar caído".