El Fondo Monetario Internacional (FMI) se encamina este año a definir sobre uno de los puntos que generan un gasto extra para la Argentina: los sobrecargos que encarecen los intereses.
Se estima que la Argentina paga al menos u$s 1000 millones adicionales por año por la tasa de sobrecargos y la próxima reunión anual del organismo podría ser el escenario para que finalmente se vote un nuevo esquema que incluya la reducción de este punto.
Es un reclamo que se inició en la gestión de Martín Guzmán como ministro de Economía pero que no salta la grieta: el pedido lo continuó Sergio Massa y ahora también Luis Caputo, el titular del Palacio de Hacienda en la era de Javier Milei.
A lo largo de septiembre, los directores del FMI tienen previsto mantener una ronda de consultas informales para asegurar el tratamiento en octubre, durante la reunión anual en Washington DC del FMI y el Banco Mundial. La primera reunión informal será de discusión, sin toma de decisiones, según pudo averiguar El Cronista. Si hay consenso, se fijará fecha para una reunión formal previa a la reunión de fines de octubre.
Algo había anticipado Julie Kozack, la portavoz del organismo, antes del receso del verano. Ahora el FMI retomó la actividad y las negociaciones por este punto. "Esta revisión puede tener implicaciones en la baja de sobrecargos, con impacto en los países miembros. A partir de esa revisión el staff del FMI se pone en contacto con el directorio porque se necesita un consenso con la aprobación del 75% de los directores para hacer cambios", detalló la economista y vocera.
La baja de los sobrecargos representaría un alivio entonces en el escenario financiero que traza por estas horas el Gobierno, que debe presentar antes del 15 el Presupuesto 2025, sobre el que el presidente Javier Milei ya anticipó que será un juego de suma cero para que no haya déficit.
La agenda con el Fondo Monetario, en tanto, retoma la revisión atada al último desembolso disponible por el programa de Facilidades Extendidas actual (EFF, según sus siglas en inglés), y se espera la negociación de un nuevo programa. En el mensaje del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ante Diputados la semana pasada, el Gobierno reconoció que hay probabilidad de negociar un nuevo programa, aunque en su estrategia de acumulación de reservas para fin de año no contempló la posibilidad de fondos frescos del organismo.
Si con un nuevo programa incluye fondos frescos del FMI, en el mercado dan por sentado que llegarán para el primer trimestre de 2025, mientras que la estrategia de financiamiento que explicitó Economía contempla hasta el próximo diciembre un mix de mejora de balanza energética con créditos de bancos de desarrollo multilaterales, el blanqueo y la apuesta por las inversiones del RIGI.
Durante el fin de semana, el ex ministro Guzmán detalló que pasó por Washington DC para reunirse con directores del FMI y del Banco Mundial y "discutir los problemas en los análisis de sostenibilidad de deuda del organismo, herramienta que en 2018 permitió que a Argentina se le otorgara el préstamo más grande de la historia, y que se usase para propósitos que violan las reglas del propio Fondo".
El exfuncionario publicó con su mentor en Columbia, el premio Nobel Joseph Stiglitz, un análisis sobre la sostenibilidad de la deuda contraída en el Gobierno de Mauricio Macri. Las críticas no se hicieron esperar, desde Guillermo Michel a Carlos Mastalón, que le reclamaron que el análisis sobre la viabilidad llegó tarde, ya que Guzmán renegoció el acuerdo por u$s 44.000 millones en 2020 y "avaló" la deuda.