El gobierno nacional desplazó finalmente a la cúpula al mando de dos empresas claves del campo de la energía nuclear que habían ingresado con la gestión del exjefe de Gabinete Nicolás Posse. La decisión se daría en el marco de un intento de privatización de Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA). ¿Cuáles son los planes de Javier Milei para el sector?
Esta decisión vendría de la mano del asesor estrella del presidente Santiago Caputo, quien sumaría nueva influencia en un área diferente y codiciada.
Tal como lo había adelantado El Cronista en julio, el gobierno oficializó el desplazamiento de la cúpula de Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) y de Dioxitek SA.
NA-SA se encarga de la operación de las tres centrales nucleares en funcionamiento en el país: Atucha I, Atucha II y Embalse. Además, es una de las cuatro empresas sujetas a privatización de la Ley Bases que sobrevivió a la depuración de esa nómina durante los meses de debate en el Congreso.
La empresa estatal se ocupa de la comercialización del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) de la energía producida por sus plantas y del gerenciamiento de proyectos que aseguren la normal operación de sus instalaciones
Caputo tomó la decisión de desplazar al presidente de NA-SA Luis Fasanella (que se quedó como vicepresidente) y poner en su lugar a Alberto Lamagna. Es un "histórico" de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) -tal cual lo definen- que se desempeñó durante gestiones kirchneristas. Lo describen como un especialista en el área.
El funcionario fue gerente de Desarrollo Tecnológico de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) durante la presidencia de Cristina Kirchner y llegó a la vicepresidencia del organismo durante la gestión de Mauricio Macri.
Según indicaron fuentes calificadas a El Cronista, el funcionario tiene relación de larga data con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y también con el secretario de Deportes, Daniel Scioli. En este sentido, el actual presidente de NA-SA tiene una especialización en la tecnología láser y su gestión durante la presidencia de Mauricio Macri la califican como "buena".
La designación de Lamagna estaría firmada por Diego Chaher, hoy titular de la Unidad Ejecutora de Empresas, aliado de Caputo.
Algo curioso, que viene de la mano de esta designación, es que el Gobierno nacional nombró en el directorio de la empresa sujeta a privatización a dos personas que no tienen experiencia en el área pero sí acreditan fuertes vínculos políticos libertarios.
Por un lado está Jeremías Coppola, un joven trader vinculado a LLA, y Emiliano Giana, el hermano de Guido Giana quien fuera aliado del PRO en la provincia de Buenos Aires y ahora cercano a la línea más dura libertaria.
Coppola, según su perfil de Linkedin, trabajó como trader para una aplicación financiera llamada Buebit. Mientras que Giana es director comercial en Plaza Logística y cobró notoriedad por el conflicto que se desató en la gestión de Alberto Fernández a raíz de la usurpación de terrenos en Guernica que eran propiedad de su familia.
La decisión de reemplazar a Luis Fasanella tendría como objetivo "apurar la privatización de NA-SA". Aunque desde el sector alertaron que la privatización de la empresa sería "peligrosa" por los costos de mantenimiento y la responsabilidad en caso de accidente.
"Es un negocio de fuga más que otra cosa", afirmaron en diálogo con El Cronista.
Dioxitek es una Sociedad Anónima Estatal que se encarga de garantizar el suministro de dióxido de uranio que se utiliza en la fabricación de los elementos combustibles para las centrales nucleares de Embalse y Atucha I. La empresa originalmente estaba entre la lista de empresas a privatizar por la primer Ley Bases que el Poder Ejecutivo envió a Diputados.
El gobierno oficializó en agosto la remoción de Julián Gadano al frente de la compañía nuclear y en su posición en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). El flamante director de Dioxitek es Fabián Moreira, un ingeniero en Energía, especialista en reactores y su ciclo de combustible
Moreira era, antes de su designación, parte de CNEA desde hace más de 20 años y se desempeñó como jefe de reactores de experimentación y servicios. Según fuentes calificadas, Moreira está "muy preparado" como ingeniero nuclear y tiene vínculos con el histórico sindicato estatal UPCN.
Ernesto Kirchuk será el vicepresidente y el directorio lo completarán Mariano Flamini, Santiago Caseaux Alsina y Pablo Zapata. Moreira se encontrará con una empresa que tiene diversos problemas de la mano de la desinversión y los cambios de gestión.
La sede central de la empresa, que tiene su asiento en Córdoba, está desactualizada y ya no puede continuar con las actividades en el barrio en el que está emplazada. De ahí que el proyecto de la nueva planta en Formosa pretendía obtener una nueva usina moderna para producir un elemento esencial para las centrales nucleares del país.
En este sentido, la paralización de la planta repercutirá negativamente y causará un grave daño a la matriz energética nacional.
Según informaron desde el sector, existe un interés en "sacar del medio a Dioxitek" para que la empresa de gestión mixta Combustibles Nucleares Argentinos (CONUAR) compre el dióxido de uranio a empresas extranjeras como la canadiense Comeco.
Entre las desventajas de esta decisión estarían la lista de espera que tiene la empresa internacional canadiense y la falta de una empresa local formadora de precios. De esta manera, advirtieron que de no existir Dioxitek, la compra de combustible nuclear podría encarecerse por no haber un proveedor nacional.