Finalmente, se conformó la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia, cuya integración resultó un golpe para el oficialismo de La Libertad Avanza. El senador radical Martín Lousteau, quedó al frente como presidente, mientras que Leopoldo Moreau, un opositor firme, asumió como vicepresidente. Oscar Parrilli, un kirchnerista de línea dura, fue designado como secretario.
El gobierno, sin embargo, tenía otros planes, pero estos se vieron frustrados por la creciente interna entre Victoria Villarruel y Javier Milei, influenciada por el asesor presidencial Santiago Caputo. Villarruel había impulsado al senador misionero Martín Goerling (JxC-PRO) para liderar la comisión, mientras que Caputo prefería al senador entrerriano Edgardo Kueider. No obstante, Lousteau logró un acuerdo con los kirchneristas, lo cual definió la estructura final de la comisión.
Este acuerdo entre la UCR y los kirchneristas podría facilitar que la oposición, con el apoyo radical, logre el quórum necesario para rechazar el decreto que amplió en 100 mil millones de pesos el presupuesto para gastos reservados de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Según fuentes cercanas, "la alianza entre Lousteau y los kirchneristas pone en riesgo la estrategia de control del oficialismo sobre los fondos reservados".