La desregulación del mercado de Gas Licuado de Petróleo (GLP), un producto energético muy difundido en particular por su uso doméstico en garrafas, tendrá un efecto en la capacidad de inversión de las empresas y en la transformación de un sector hacia distintos segmentos para aprovechar los grandes excedentes de producción de Vaca Muerta.
El punto de partida de un nuevo escenario es la decisión de la Secretaría de Energía de eliminar los precios máximos y permitir a las empresas definir libremente los costos de las garrafas al público para los envases de 10, 12 y 15 kilogramos, algo largamente reclamado por el sector ya que generó importantes atrasos en los últimos años.
Así, con precios de referencia que no se actualizaban desde enero, los nuevos valores de referencia tuvieron un incremento de 13% y pasaron a $8500 para la garrafa de 10 kilos, pero esa posibilidad de definir el nuevo costo al público en función del mercado es lo que, aseguran, permitirá a las empresas expandir el negocio.
Pedro Cascales, presidente de la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (CEGLA), consideró que la liberalización del sector "es positivo porque va a incentivar las inversiones y la generación de empleo, pero no significará una disparada de precios, a pesar de una inflación acumulada del 80% desde enero, porque hay mucha competencia".
En la actualidad el sector tiene unos 30 fraccionadores en todo el país y varios cientos de distribuidores, por lo cual se espera que el ajuste de precios tanto por la competencia dentro de la industria como por la situación económica sea "muy gradual".
"Esta decisión se enmarca en la Ley Bases de no interferir en los precios de los combustibles para que el sector se desenvuelva y porque es una industria intensiva en inversión, hacia adelante lo que se puede ver son más inversiones", explicó el directivo.
A partir de ahora, solamente quedará regulado el precio de los productores, es decir grandes petroleras como YPF o Total que son los principales abastecedores, y ese paso final permitirá ir a precios de paridad de exportación internacional como sucede en la mayoría de los países, en los que las regulaciones solo alcanzan temas técnicos.
Con un mercado en vías de normalización, "van a empezar a crecer las inversiones en este segmento que es un combustible 100% argentino, en el cual el país tiene superávit por el crecimiento de Vaca Muerta, y seguramente se empiecen a desarrollar más aplicaciones para el gas licuado de petróleo, ya sin intervenciones de precios".
Las inversiones largamente demoradas en la industria por cuestiones de sostenibilidad ante los precios regulados durante años se notarán en el corto plazo en las tareas de logística, la cual todavía se realiza con camiones.
"El 60% del GLP se produce en la zona de Bahía Blanca y teniendo en cuenta que gran parte del consumo está en el norte del país las distancias son muy largas y haber que mejorar y empezar a pensar en soluciones logísticas vía tren o inclusive la logística fluvial por la hidrovía", anticipó Cascales.
También una mayor producción de GLP con el incremental de gas y petróleo va a significar "cada vez más separación y más producción, lo que va a traer aparejado una necesidad de más capacidad de estocaje, es decir de tanques para almacenar ese adicional".
Además, se van a empezar a producir "inversiones en automatismo para envasado de las garrafas porque las plantas van a tender a ser más eficientes y más automáticas".
Pero el desarrollo técnico del sector -y que ya tiene regulación local al respecto- también permite pensar en el crecimiento del gas licuado de petróleo para automóviles y para motores náuticos y navales, lo que debería potenciarse por el diferencial de precio importante con la nafta.
Además, hay mercado disponible para el GLP como combustible para motores de riego y bombeo de agua en los campos y en unidades de generación eléctrica, por tratarse de un producto que contamina menos que el gasoil y con menor costo de mantenimiento de motores.
Otro uso permitido de poca difusión es el flameado de malezas que permite evitar el uso de herbicidas o pesticidas, ya que con la utilización de GLP se puede generar un cambio térmico en la maleza que hace que inmediatamente se muera y es un sistema ecológico para los campos.
También con más oferta de GLP, es posible pensar que las industrias lo utilicen como back up o alternativa para afrontar los días de corte de gas o cuando la presión de los gasoductos no llegue a abastecer la demanda que requiera cada empresa