El clima, el contexto macroeconómico, la carga impositiva, los derechos de exportación y la falta de incentivos son algunas de las cuestiones que hicieron que, en un contexto en el que diferentes países del mundo crecieron en producción agroindustrial, la Argentina se estancara.
"El país se perdió, según un cálculo que hicieron las bolsas del sector, unos u$s 27.000millones en inversiones en los últimos 10 años que no se hicieron en el agro, desde la producción primaria, la transformación y la exportación", aseguró Gustavo Idigoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara).
En este sentido, explicó que los países que crecieron en la agroindustria fueron Brasil y los Estados Unidos: "Hace 15 años dejamos de crecer y en ese entonces, Brasil despegó con su producción de soja en más de 100%. Estados unidos, que es un país que se dedica a otros rubros pero también tiene participación en el alimenticio, creció 44% en su producción. La Argentina, en ese contexto, creció 0%".
Iván Ordoñez, investigador de Desarrollo Económico, destacó: "Si realmente queremos abrazar el potencial que tiene la Argentina, lo primero que tenemos que haces es encontrar la forma de devolver el precio lleno al productor. Ese es el principal incentivo que necesita el sector".
Por su parte, Emilce Terré, economista jefe de la Bolsa de Comercio de Rosario, precisó: "Si se tienen en cuenta los números del año pasado, entre una brecha cambiaria que estuvo alrededor del 50%, más retenciones, se calcula que el productor recibió aproximadamente un 35% del valor FOB".
Y siguió: "Esta situación en un escenario de precios relativamente altos es una cosa, mientras que en un escenario como el que tenemos hoy, en 2024, es otra. Los precios internacionales no paran de caer y hoy estamos con los valores más bajos desde 2020".
En tanto, Silvina Campos Carlés, economista especializada en economías regionales, aseguró: "Todavía pesa la mochila de la sequía, con todas sus implicancias. En dos o tres meses la coyuntura cambió tanto que las empresas están en proceso de reconversión de proyectos. Se suma mucha incertidumbre por la temporalidad de las medidas y los anuncios y de la macroeconomía".
Y siguió: "Las retenciones son un gravamen que se suman al impuesto a las ganancias y al resto de los impuestos que pagan otros actores y que, al cobrarse por tonelada, afecta de distinta manera al productor más chico, más alejado de los puerto que al productor más grande o que produce más cerca de los puertos".
Así, Idigoras comentó: "Hay que ser conscientes de que la gallina de los huevos de oro va a dejar de ser la que siga manteniendo el ingreso de divisas que necesita la Argentina para crecer si no revertimos esta situación. Todavía estamos a tiempo, pero tenemos que reaccionar".