La implementación de las propinas digitales en la Argentina es una gran noticia para todos. Ahora, podés dejar una propina con tu tarjeta de crédito, débito o billetera digital.
Esta medida, impulsada por el gobierno de Javier Milei, asegura que el dinero llegue directo a la cuenta del trabajador sin descuentos impositivos, lo que es un alivio para empleados y empleadores. La medida tiene mucho sentido: más del 80% de los usuarios de MercadoPago quieren poder dejar propinas digitales, según un relevamiento reciente.
El gobierno ha dado un plazo de 90 días para que todos los comercios se adapten a este nuevo sistema. Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, destacó que esta medida es parte de un esfuerzo para modernizar la economía y facilitar la vida de todos.
Desde restaurantes y hoteles hasta estaciones de servicio, todos deberán ofrecer esta opción a sus clientes, garantizando que las propinas se depositen en 24 horas.
Respecto a esta implementación, el economista especialista en medios de pago Ariel Setton señala que la implementación técnica no debería ser un problema, pero la cuestión "está más en la parte práctica porque la ‘caja de empleados' no tiene figura legal", por lo que el dinero debería ir a la cuenta del dueño o la del empleado y la redistribución podría ser problemática.
Pero, según este experto, "el problema es más amplio, porque si el comercio aceptará propinas con tarjeta, estaría pagando comisión de tarjeta, pago en plazos, retenciones impositivas y ganancia mínima presunta".
Diego Fraga, socio de Expansión Business y abogado profesor de la maestría en Derecho tributario de la Universidad Austral, señala a este respecto que "es muy importante que se instruya a los bancos a no practicar ningún tipo de retención o percepción impositiva sobre estos montos, particularmente por la violencia con la que los fiscos provinciales establecen regímenes de retención o percepción, que hacen adelantar impuestos sin ningún tipo de razonabilidad y sustraen la caja a las pymes de manera impune".
De no preverse claramente esta situación, las exacciones también recaerían sobre las propinas de los empleados, generándole un conflicto laboral al empleador.