Las Pirámides de Egipto continúan revelando sus secretos milenarios a medida que la ciencia moderna desentraña los misterios de su construcción. Estas imponentes estructuras, consideradas una de las siete maravillas del mundo antiguo, desafían aún hoy la comprensión de expertos y aficionados por igual.
La persistencia de estas estructuras a lo largo de los milenios es testimonio de la destreza de sus constructores y también un constante recordatorio de los enigmas que aún aguardan ser resueltos.
Ingenieros, matemáticos, arqueólogos y entusiastas de todo el mundo siguen explorando estos monumentos, buscando descifrar los secretos que guardan sus antiguas piedras.
Descubrí los 5 secretos recientemente develados sobre estos ejemplares fascinantes de la arquitectura antigua narrados por National Geographic.
La pirámide de Zoser, construida alrededor del 2780 a.C., no nació con su icónica forma escalonada. Inicialmente, el proyecto contemplaba la edificación de una mastaba, una estructura rectangular con techo plano.
El arqueólogo Jean-Philippe Lauer descubrió que la construcción evolucionó gradualmente, transformándose en la pirámide de seis niveles que hoy conocemos.
Con una base de 109 por 121 metros y cerca de 60 metros de altura, esta obra marcó el inicio de una nueva era arquitectónica en el Antiguo Egipto.
Contrario a la creencia popular, la edificación de las pirámides no dependió del trabajo esclavo, sino de obreros especializados.
Un estudio reciente liderado por Xavier Landreau, del Instituto de Investigación Paleotécnico de París, sugiere la existencia de tecnologías avanzadas para su época:
Estas innovaciones habrían facilitado enormemente la construcción de la pirámide escalonada de Saqqara. Además, los antiguos egipcios emplearon:
Estas herramientas permitieron el transporte de los enormes bloques de piedra caliza desde las canteras hasta el sitio de construcción.
La función funeraria de la pirámide de Zoser, largamente asumida, está siendo cuestionada. Xavier Landreau señala la ausencia de elementos típicamente asociados a las tumbas de la época:
Esta falta de evidencia contrasta con otras tumbas contemporáneas, planteando interrogantes sobre el verdadero propósito de la construcción. La teoría funeraria se sostiene principalmente por la presencia de cartuchos reales en la pirámide y templos cercanos.
La pirámide de Zoser es solo una parte de un vasto complejo arqueológico. La zona de Saqqara abarca 9 kilómetros cuadrados e incluye:
Este conjunto forma la necrópolis de la antigua Menfis. Las excavaciones en el área comenzaron en 1926, cuando Jean-Philippe Lauer se unió al egiptólogo Cecil Firth.
Lauer dedicó siete décadas a estudiar y reconstruir el sitio, convirtiéndose en una figura clave para la comprensión de la arquitectura del Antiguo Egipto.
La construcción de la pirámide de Zoser se atribuye a Imhotep, un personaje excepcional en la historia egipcia.
Una inscripción en una estatua de Zoser revela que Imhotep no solo fue el arquitecto de la primera pirámide, sino que también ocupó diversos cargos importantes en la corte del faraón.
Su genialidad y conocimientos en arquitectura, escritura y medicina llevaron a su deificación en el 525 a.C., durante la conquista persa de Egipto. Imhotep reemplazó al dios Nefertem en la tríada menfita, y su culto alcanzó su apogeo en la época grecorromana.
Su templo en Menfis se convirtió en un centro de peregrinación para enfermos que buscaban ser curados por su sabiduría.
Imhotep tiene el raro honor de ser uno de los dos únicos egipcios mortales en ser elevados al estatus de dioses, junto con el ministro Amenhotep de la dinastía XVIII.