El 30 de marzo de 2021 por la noche el fuego destruyó la planta en la que Cagnoli procesaba cerca del 50% de la carne de cerdo que usaba para la elaboración de embutidos y fiambres. Tras el incendio, la marca pasó a depender de terceros en el abastecimiento de materia prima y tuvo que dejar el negocio de exportación de cortes frescos.
Tres años después y después de una inversión de u$s 15 millones, la firma inauguró una nueva planta en Tandil, con la que incrementó su capacidad productiva en un 50%. Ahora, la marca espera ingresar con la venta de cortes frescos y envasados en supermercados y carnicerías, volver a los mercados externos, especialmente a Asia y África, y crecer en producción.
En la actualidad se encuentran en pleno proceso de validación de la planta para los países de destino de las exportaciones. El objetivo es lograr en el plazo de un año "volúmenes significativos" de ventas al exterior.
"En el incendio de 2021 la planta se perdió por completo. Más del 50% de las materias primas que usábamos se procesaban ahí. Y en estos tres años tuvimos que recurrir a otros proveedores, lo que complicaba el proceso", explicó Juan Cini, gerente general de Cagnoli.
La inversión incluyó la incorporación de un túnel de congelado y nuevos depósitos de insumos. Además, como se prevé incorporar más personal, se construyó un comedor de mayor capacidad y nuevos vestuarios.
La nueva planta tendrá una capacidad de procesamiento de 25.000 capones por turno al mes. En una primera etapa se trabajará en un solo turno, pero en el mediano plazo se estima pasar a dos.
"Tener nuevamente el eslabón del desposte también impactará directamente en la calidad de la materia prima, porque ya no dependeremos de proveedores externos", señaló Cini.
Cagnoli es una de las empresas que impulsó la denominación de origen para el salame de Tandil
Pese a la caída generalizada del consumo, este año Cagnoli logró sostener las venta en volúmenes similares a los de 2023. Esto se debe, en parte, a los desarrollos de nuevas líneas de productos, explicó Cini.
"Que las ventas no hayan caído es una buena noticia. Pero nosotros tenemos planes de crecimiento. Queremos expandirnos con nuevas líneas de productos", detalló.
En los últimos meses la marca lanzaron un nuevo packaging con atmósfera modificada permite alargar la vida útil del producto sin que pierda sus características. Además, en su línea de salamines incorporaron versiones ahumadas y picantes.
"La innovación y el desarrollo de nuevos productos con claves para mantenernos como líderes. Nuestro objetivo es poder ofrecerles novedades a los consumidores", agregó Cini.
En la actualidad, Cagnoli elabora unas 15.000 toneladas de embutidos secos y fiambres al año. En el catálogo tienen más 70 variedades de productos.
La nueva planta de Cagnoli tiene 50% más de capacidad que la anterior
La empresa fue fundada en la primera mitad del siglo pasado por Pedro Cagnoli, hijo de inmigrantes lombardos que se asentaron en Tandil en 1907. Hoy la dirección de la compañía está en manos de la tercera generación de la familia. La marca es la responsable, junto a otros cuatro productores de chacinados, de que en 2011 se reconociera la denominación de origen controlado para el salame de Tandil.
