El crujido de las articulaciones, como las manos, el cuello o la espalda, es un fenómeno común que genera curiosidad en las personas y preocupación en los científicos. Muchos se preguntan si este hábito puede causar problemas de salud a largo plazo, especialmente artritis.
Desde la formación de burbujas en el líquido sinovial hasta las verdaderas causas de la artritis, la investigación científica ofrece respuestas claras. Esta información es crucial para entender mejor nuestra salud articular y desmentir mitos arraigados en la sociedad.
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Cuando nos sonamos las articulaciones, se produce un fenómeno fascinante en nuestro cuerpo. El crujido que escuchamos no es, como muchos creen, el sonido de huesos rozando entre sí, sino el resultado de un proceso más complejo.
El crujido se debe a la rápida formación y estallido de estas burbujas, no al roce de los huesos (Fuente: Unsplash)
Numerosos estudios científicos, incluyendo el famoso experimento de Donald Unger, han demostrado que esta práctica no tiene efectos negativos a largo plazo en la salud de las articulaciones.
Sin embargo, esto no significa que sea completamente inofensivo. En casos excepcionales, movimientos bruscos, especialmente en el cuello, pueden causar complicaciones serias.
Aunque no hay evidencia concluyente de daños graves, los expertos recomiendan moderación, ya que el crujido excesivo podría afectar a los tendones (Fuente: Freepik)
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La artritis es un grupo complejo de enfermedades que va mucho más allá del simple hecho de sonarse las articulaciones. Aunque muchos asocian el crujido de los nudillos con esta condición, la realidad es bastante más compleja:
