Bitcoin volvió a caer hasta los u$s 60.000, tocando su nivel más bajo desde el 2 de mayo. Si bien se trata de un activo volátil, su reciente retroceso estaría vinculado con el enfriamiento de la demanda de fondos cotizados de Bitcoin y la incertidumbre sobre la política monetaria de la Reserva Federal en los Estados Unidos.
Tras el furor inicial por la aprobación de la SEC de los ETF de Bitcoin, que junto al halving había disparado la cotización a precios máximos de u$s 73.700, se produjo una caída que analistas del mercado ven como una oportunidad.
Los fondos de inversión vendieron más de 23.000 de BTC desde el 7 de junio. Esas ventas representaron un 2,2% de su tenencia y empujaron a la mayor criptomoneda a la baja.
"¿Los ETF no iban a disparar el precio del Bitcoin? ¿Qué hay de la crisis de suministro derivada del halving?", se pregunta Ripio en un reciente documento. "A nivel de mercado la expectativa puesta en el precio de Bitcoin resulta muchas veces mayor a la expectativa puesta en su tecnología", agrega la compañía dirigida por Sebastián Serrano.
Pero el comportamiento de los grandes fondos de Wall Street no influyó en los inversores minoristas, que continuaron apostando por Bitcoin. Mientras los institucionales vendieron sus posiciones frente a esta bajada, los argentinos mostraron una actitud totalmente inversa: en lugar de vender, se multiplicó por 2,5 el volumen de compra de Bitcoin comparado con el promedio del mes, informó Lemon.
"Históricamente, las caídas significativas en el precio de Bitcoin han demostrado ser oportunidades de compra. Las últimas dos veces que cayó por debajo de los u$s 60.000, el precio subió más de un 15% en menos de 30 días. Para los inversores que ven más allá de las fluctuaciones a corto plazo, estas caídas son momentos estratégicos para acumular Bitcoin y prepararse para posibles aumentos futuros", agregaron desde Lemon.