Estos impresionantes monumentos son símbolos de poder y recuerdan a cómo eran considerados por su pueblo los faraones egipcios.
Las Pirámides de Egipto deben su nombre a los faraones Keops, Kefrén y Micerino. A lo largo de la historia, estos faraones fueron figuras que moldearon su pueblo.
Desde la tiranía atribuida a Keops hasta la benevolencia asociada a Micerino, la visión popular de estos líderes se ha preservado a través de relatos históricos. Enterate acá cómo los veía y qué pensaba de ellos su pueblo.
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En la meseta de Giza, a pocos kilómetros de El Cairo, están las majestuosas pirámides del Antiguo Egipto que llevan los nombres de los faraones Keops, Kefrén y Micerino.
La construcción de estas pirámides refleja el poder y la riqueza de estos faraones, así como también la relación compleja que mantenían con su pueblo.
Según el medio español DMAX, Heródoto, el célebre historiador griego, fue uno de los primeros en documentar las opiniones de los egipcios sobre estos reyes. Keops, el abuelo de Micerino y constructor de la Gran Pirámide, es recordado como un tirano.
Kefrén, hijo de Keops y constructor de la segunda pirámide de Giza, no escapó del desdén popular. Aunque su reputación no era tan sombría como la de su padre, muchos egipcios también lo veían con desprecio.
La continuidad de las políticas opresivas y la exigente mano de obra para erigir su monumento consolidaron su imagen negativa entre sus contemporáneos.
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En contraste, Micerino, el nieto de Keops y constructor de la pirámide más pequeña de Giza, era recordado con cariño y respeto.