China no está invirtiendo u$s 3600 millones para construirle el puerto de Chancay al Perú. Está construyendo un puerto chino en Perú que es algo muy diferente.
Es así como se concretó el envío del primer lote de cinco grúas automáticas ZPMC como parte de su primera fase de construcción.
ZPMC proporcionará seis grúas de muelle teledirigidas destinando tres de ellas para manipulación de carga a granel y las otras tres para carga multipropósito, a lo que se suman 15 grúas apilables automáticas de doble voladizo.
En Estados Unidos el Comité de la Cámara de Representantes sobre Competencia Estratégica con China analizó 200 grúas ZPMC que están en funcionamiento en puertos e instalaciones relacionadas del país.
La conclusión determinó que miembros de ZPMC "han instalado ciertos componentes, incluidos módems móviles, en grúas y otra infraestructura marítima en tierra".
La gran trampa
A pocos meses de su inauguración, las autoridades incaicas descubrieron que la naviera estatal del gigante asiático, Cosco Shipping tendrá la exclusividad de la explotación de los servicios clave en la mega terminal portuaria.
Ante tal situación, la Autoridad Portuaria Nacional (APN) a través de la procuraduría pública del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) presentó una demanda contenciosa administrativa para declarar la nulidad del acuerdo que otorga esta exclusividad.
A juicio de la APN, la falta de un compromiso contractual necesario para que Cosco pueda tener el uso exclusivo para la prestación o ejecución de servicios esenciales se encuentra en abierta violación a la ley. Entre los servicios concedidos figuran rubros clave como la operación y transporte de carga, los técnico-náuticos, y los servicios al pasajero, entre otros.
COSCO es propiedad del Gobierno chino y está basada en Pekín. La compañía es gestionada por la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Estatales, que a su vez depende directamente del Consejo de Estado chino, por lo que está bajo el control del Partido Comunista. Sus inversiones son decididas y validadas por Pekín y, por lo tanto, se considera una extensión del poder chino en el mundo.
Situada a 80 kilómetros al norte de Lima, esta mega infraestructura planea convertirse en un centro de intercambio y distribución en la región, para movilizar una gran cantidad de mercancías en tránsito hacia y desde el Pacífico, con preponderancia de productos mineros, que son los que más le interesan a Pekín.