Todo empezó en la colina de los vaticinios, en la Roma imperial, sobre el margen derecho del río Tíber . Allí se encontraba esta elevación del terreno conocida en la época como 'mons Vaticanus', en la que se celebraban los ritos del culto a la diosa de la tierra: Cibeles. El escritor Plinio el Viejo describió aquel lugar como «insalubre», o peor aún, «infame», pues allí los zancudos diezmaron las tropas del emperador Vitelio en el año 69. En ese collado hubo alguna vez una pequeña población llamada Vatica o Vaticum, cuyos moradores se ganaban la vida extrayendo arcilla que les servía para fabricar tejas, platos y vasijas. El lugar no daba para más, pues frecuentemente lo inundaban las aguas...
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