El Señor del Gran Poder, como el alfa y la omega, es reflejo del Cristo eterno que abarca el principio y el fin, aquel que se manifiesta a todas las naciones como el Salvador del mundo, al igual que en la solemnidad de los Reyes Magos, que reconocieron su divinidad y realeza. En esta fecha, la iglesia celebra la manifestación de Cristo como luz para las naciones, simbolizada por la adoración de los Magos. En San Lorenzo, el Gran Poder, bajo su cruz, continúa manifestándose como el Todopoderoso, el que lleva nuestras cargas y alivia el peso de la humanidad. En este día, la contemplación del Gran Poder en su basílica se convierte en una epifanía personal para cada devoto. Su mirada nos invita a reconocerlo como la verdadera Luz que transforma el sufrimiento en redención, y nos recuerda que todo se cumple en Él. Los primeros días del año en Sevilla son los del Gran Poder , comprendidos entre la festividad de Emmanuel a la Epifanía, el día de los Reyes Magos. La hermandad culmina sus cultos con la función principal de instituto en la basílica, presidida por José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, donde los hermanos harán pública protestación de fe con posterior procesión claustral con el Santísimo como cierre e inicio de un nuevo tiempo para la ciudad.