A veces los años no comienzan el 1 de enero, sino antes o, también a veces, después. Depende. Por ejemplo, el siglo XXI no comenzó hasta el 11 de septiembre de 2001, con casi dos años de retraso, cuando Bin Laden derribó las Torres Gemelas y lo cambió todo para siempre. Es curioso: entonces pensábamos que el nuevo siglo –y también nuevo milenio– comenzaría puntual a las cero horas del 1 de enero con el llamado «efecto 2000» y lo que pasó es que no pasó nada, y la vida siguió igual, así que hubo que esperar a que algún acontecimiento sobrevenido marcara la diferencia con lo anterior. En España, el año 76, el del gran salto hacia la democracia,...
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