«Era el sueño de mi vida y cada mes le daba dinero para la niña». Estrella se ha mostrado triste y con lágrimas en los ojos al hablar con Frank Blanco sobre la estafa de la que ha sido víctima, con una monja como culpable. Ha sido en ' TardeAR ' (Telecinco) y la historia tiene mucha miga… Esta mujer de Mataró ha estado dando dinero a una religiosa que supuestamente iba destinado a sufragar los gastos de gestionar la adopción de una bebé que «era familia de ella». ¿El resultado? 30.000 euros menos en la cuenta bancaria y sin pequeña en casa. Según ha contado en el programa , esta señora, la religiosa, tenía una familiar que iba a dar a esa niña a un orfanato , una recién nacida. Al escucharlo, Estrella se conmovió y el dijo a la monja que ella podría cuidarla y darle mejor vida, ante lo que esta accedió. Ahí empezó el engaño, pidiéndole dinero todas las semanas para, supuestamente, afrontar los costes de la burocracia hasta conseguir legalizar la situación. «Una semana 3.000 euros, otras 2.000… y así hasta 30.000 euros aproximadamente», ha sentenciado. Lo decía a la reportera con lágrimas en los ojos, porque además de sentirse engañada siente que se ríen de ella. De hecho, ha referido que cuando se cruza con la religiosa esta « se ríe de mi, se pone a carcajadas y se burla». Ha denunciado lo sucedido a la policía y el caso ha llegado a los juzgados pero no ha obtenido el resultado esperado. Y es que la ley ha archivado el caso al considerar que esos importes eran «donaciones que yo hacía a la iglesia, y no es verdad. Jamás hice ningún tipo de donaciones a la iglesia». Estrella se encontraba muy afectada. Ha comentado que conocía a las monjas desde hacía mucho tiempo, desde hacía años, y no se esperaba esto que ha sucedido. «Ha terminado con mi sueño, el tener a esa niña. ¡Y no me lo merezco! ¡No merezco nada de esto que está ocurriendo!», ha terminado diciendo. Frank Blanco ha tratado de dar ánimos a esta mujer, pero sin mucho éxito. Se encontraba dolida y al final ha terminado rompiendo a llorar en directo. El reportero que acudía a su casa, en Mataró , ha tratado de animarla pero se encontraba consternada porque este «era el sueño de mi vida, y por eso cada mes le daba dinero».