Teníamos dicho que Dalmacio Negro , cuando se fuera («y parece eterno»), apagaría la luz de «una época que al final habrá tenido un fin». Se fue el 23, víspera de Nochebuena y día de su cumpleaños, que a eso llamaría Ruano «desnacer»: —Como volver a nacer, esta vez de verdad, para entrar en esa ancha patria que llamamos muerte, donde se despierta de ese ridículo sueño que llamamos vida. España es atroz, y la desaparición de Dalmacio, que sigue a las de Trevijano y Gustavo Bueno, nos deja políticamente a oscuras: ayunos de pensamiento político y ahítos de lo que lo parece, en expresión de Quevedo. Trevijano descubrió la teoría de la democracia a una nación que no la...
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