En el Vaticano piensan a largo plazo, y viendo el rumbo que estaba tomando el siglo XXI, el Papa Francisco decidió hace tiempo dedicar este Jubileo 2025 a «la esperanza». Su idea no es insuflar optimismo, sino lanzar una auténtica provocación espiritual . Por un lado, propone a la sociedad civil poner en práctica «gestos de esperanza», como ayudar a comprar viviendas , crear puestos de trabajo o reinsertar a personas que han pasado por la cárcel. Por otra, es una respuesta directa a quienes «miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles felicidad». Francisco invita a los católicos a ponerse en marcha este año, peregrinar a la ciudad de Roma y atravesar la puerta santa del Vaticano como un modo de reconsiderar la propia vida bajo la óptica de la esperanza . Simbólicamente, abrirá otra «puerta santa» en la cárcel de Roma. A los creyentes les ha explicado que se trata de recordar «la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino». Para los demás, la clave es «recuperar la confianza necesaria en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en la promoción de la dignidad de toda persona y en el respeto de la creación». También uno de sus principales proyectos es conseguir que a partir de este año, todas las confesiones cristianas celebren en el mismo día la Resurrección de Cristo , pues hasta hoy católicos y ortodoxos siguen calendarios diferentes. Fiel a su estilo, el Papa ha evitado que el acento del Jubileo esté en los grandes eventos , aunque los habrá, y está solicitando la implicación personal e íntima de cada peregrino. Aunque se calcula que al menos 30 millones de personas responderán a su llamada y planean visitar Roma este año. Los romanos están acostumbrados a que cada 25 años la Ciudad Eterna se convierta en una «ciudad santa» para los cristianos y han hecho más de 300 obras públicas para recibirlos con su mejor cara. Han puesto tanto empeño que el Papa tenido que decirles que aunque «estas obras están bien», no deben olvidar «las obras en el alma». «El verdadero Jubileo va por dentro , en vuestros corazones, en vuestras relaciones familiares y sociales, ahí es donde vale la pena trabajar», dijo Francisco el 8 de diciembre. La maquinaria se puso en marcha en 2020, cuando en una carta por los 150 años de la institución de Roma como capital, el Papa Francisco confirmó que convocaría un Jubileo para este año. Dos años más tarde, en 2022 anunció que estaría dedicado a la esperanza, y el pasado mes de mayo hizo público el agotador calendario de eventos que presidirá y que, a sus 88 años, pondrá a prueba su salud . A lo largo del año se celebrarán 'jubileos' o peregrinaciones específicas. Por ejemplo, el primero será el 25 de enero de 2025, y estará dedicado a representantes de medios de comunicación. A partir de entonces, habrá días dedicados a otros grupos como miembros de las fuerzas armadas, gobernantes, artistas, jueces, deportistas, influencers, trabajadores o familias . Entre el 16 y el 18 de mayo será el 'Jubileo de las Cofradías' , que ha levantado una enorme expectación en Roma, y para el que viajarán a la Ciudad Eterna los tronos de la «Virgen de la Esperanza» de Málaga y «El Cachorro» de Sevilla, y procesionarán por sus calles. El jubileo más numeroso será el de los jóvenes , para el que se esperan a un millón y medio de chicos y chicas de todo el mundo, del 28 de julio al 3 de agosto. Los últimos jubileos serán muy simbólicos: uno dedicado a las personas «sin techo», el 16 de noviembre; y otro a personas de la cárcel el 14 de diciembre. El responsable de organizarlo por parte del Vaticano es el arzobispo Rino Fisichella, un eficacísimo obispo lombardo de 73 años que armó a la perfección el Año de la Misericordia convocado por Francisco en 2016. Fisichella ha diseñado una agenda para facilitar que cada grupo de peregrinos «viva la experiencia del Jubileo». « Les proponemos que atraviesen la puerta santa y que dediquen un tiempo a la oración . También mantendrán un encuentro con el Papa y en algunos casos una misa», describe. Al margen, se ofrecerá a los participantes «encuentros con la ciudad de Roma, recorridos temáticos para comprender mejor sus iglesias, y mesas redondas y eventos culturales». «En el Jubileo del año 2000 vinieron a Roma casi 23 millones de peregrinos», asegura. «En 2016, atravesaron la 'puerta santa' unos 22 millones de personas. Ahora esperamos a 30 millones», reconoce, mostrando previsiones de la Università Roma Tre. Según sus cálculos de hace unos meses, 795.000 vendrán desde España . Para Roma, el Jubileo es la excusa para perfecta para resolver algunos problemas endémicos. El gobierno de Mario Draghi dio facultades especiales a su alcalde, Roberto Gualtieri para que tome decisiones con rapidez. Eso ha permitido poner en marcha la mayoría de las obras públicas sin que se perdieran en un limbo burocrático, y acabarlas a tiempo. «Cuando me reuní con el Papa me dijo que sería estupendo que el Jubileo ayudara a que Roma fuera aún más bella , sobre todo para los romanos, y eso es lo que estamos intentando», aseguró Gualtieri durante un encuentro con la prensa extranjera. Ha emprendido 323 obras públicas. Se trata sobre todo de túneles para mejorar la circulación, rediseño de plazas y peatonalización de avenidas, con la idea de que el peregrino la recorra andando. «Roma no ha sido construida para recorrerla en coche o en autobús de dos plantas. Hay que vivirla a pie, y por eso insistimos en la peregrinación, que además es un icono de la propia existencia», confirma Fisichella. La obra más emblemática es un túnel que ha consentido peatonalizar la gran avenida que conecta Roma y el Vaticano, la «Via della Conciliazione» y que fue inaugurado por Giorgia Meloni este lunes. Además de la puerta santa del Vaticano, en los próximos días se abrirán puertas santas en las otras tres basílicas papales de Roma ( San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros ) y en una cárcel de la ciudad. «Lo más importante del Jubileo es la indulgencia, el perdón jubilar», aclara religiosamente Rino Fisichella. «En el pasado algunos la interpretaron de modo caricaturesco, pero significa misericordia y perdón. Para obtenerla no es obligatorio venir a Roma, ya que se concede a quien ponga en práctica obras de caridad y espirituales», explica. Roma está lista para recibir con los brazos abiertos a los peregrinos. La Guardia Suiza ha solicitado ayuda a ex reclutas para reforzar su pequeño ejército; y la oficina de prensa también está reforzando el personal. Los jubileos r ecuerdan los aniversarios redondos del nacimiento de Cristo . El primero fue en el año 1300, y la idea era repetirlo cada 100 años. Poco a poco, evolucionó hasta su formato actual, cuando el Pontífice los convoca cada 25 años para que todas las generaciones tengan la posibilidad de participar. Será el jubileo número 25 de la historia. Aunque el próximo no será en el año 2050, sino uno «extraordinario» en 2033 para conmemorar los dos mil años de la Pasión de Cristo.