Cuando el joven George Lucas ideó ‘La guerra de las galaxias’, allí estaba sembrada su serialidad. Él la concibió en tres partes a rodarse inmediatamente, los episodios IV, V y VI, y otras seis a producirse con el tiempo —sólo si las anteriores tenían éxito—, las precuelas estrenadas de 1999 a 2005 y las secuelas de 2015 a 2019. Por tanto, Lucas incubaba dentro de sus películas no sólo una serialidad, sino también un universo donde jugar. A su vez, vio claramente que ese mecano inmenso no funcionaría sin otras narrativas asentándolo: cómics, videojuegos, juguetes, ‘merchandising’. Y funcionó. Cuando Lucasfilm, la productora del cineasta, se convirtió en subsidiaria de Walt Disney Company, muchos creímos que se cerraba un círculo. Disney...
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