«Más de la mitad de la población siria se ha visto forzada a marcharse de sus hogares», ha dicho la organización Save the Children. En una rueda de prensa con diversos medios de comunicación, Rasha Muhrez , la directora de Respuesta de Save the Children en Siria , ha hecho énfasis en la compleja situación por la que pasan los niños en el país tras los últimos acontecimientos. « Los niños en Siria son los que han pagado más , pierden a miembros de su familia, han sufrido daños físicos y psicológicos», apunta la directora. Aunque ha querido destacar «la resiliencia de los niños» para sobreponerse a las dificultades que se presentan. Medio siglo de dictadura, el último cuarto marcado por una guerra civil sangrienta, ha empujado a la población siria al exilio o, por lo menos, a desplazarse internamente como nómadas sin un hogar fijo en el que residir. «Mamá, ¿Por qué no puedes encontrar un lugar más seguro?», es el inicio de una anécdota que Muhrez ha contado para reflejar la insostenible situación que están obligados a vivir aquellos sirios que migran internamente y no pudieron huir de la violencia. Por si fuera poco, en febrero de 2023, un terremoto de magnitud 7,8 sacudió las fronteras de Turquía y Siria , provocando la muerte de cientos de personas y miles de heridos. Save the Childen apunta que, después de trece años de guerra civil, «16,7 millones de personas necesitan ayuda, alrededor del 90% de la población siria», con un incremento de un millón y medio más en el último año, donde aproximadamente la mitad son niños. Tras la caída del régimen de Al Assad, Muhrez apunta que «muchos sirios quieren volver a su tierra». Resulta que más de doce millones de sirios se vieron obligados a exiliarse durante las diversas olas migratorias, según la Agencia de Refugiados de la ONU. 'Refugiado' fue la palabra del año escogida en 2015, según la Fundación del Español Urgente (Fundéu), un término que pese a existir previamente y no hacer alusión a un concepto nuevo, su omnipresencia en los medios de comunicación le otorgó su reconocimiento por la fundación en aquel momento. Ahora, sin embargo, se abre una ventana a un nuevo escenario donde hay ciudadanos sirios que parecen estar interesados en volver a su hogar. Para ello, Muhrez dice que «el conflicto debe parar con el fin de garantizar la seguridad durante un cierto tiempo». Mahrez dice que más de 500.000 niños sufren malnutrición. La ONG ha indicado que «se necesita [en Siria] acceso inmediato a las necesidades básicas, comida y protección», además de destacar que es muy importante una labor de «ayuda psicológica», principalmente con los niños para ayudarles a salir adelante. Según datos facilitados por la organización «más de dos millones de niños» están sin escolarizar y otro «millón y medio en riesgo de abandonar la escuela». Apuntan a que la guerra ha interrumpido la escolarización y es en lo que están centrando su labor. Además, señalan que las condiciones de salubridad son bajas y están esforzándose en prevenir que la población siria caiga «demasiado enferma» mediante la promoción de los «cuidados higiénicos». Mahrez señala que el objetivo es «prevenir el desastre». Además, la temporada de frío sacude a miles de personas que viven en «tiendas de campaña improvisadas y en campos de desplazados», dada la ausencia de hogares debido a los necesarios desplazamientos de la población. Muhrez destaca que recientemente «han muerto dos niños en el norte de Siria por el frío severo». Uno de los grandes problemas que el nuevo orden sirio debe atajar es la situación de profunda crisis económica. La guerra no ha hecho más que acentuar la devaluación de su moneda. Por otro lado, los alarmantes niveles de inflación, originados desde un nivel contextual internacional, han llevado a que el salario sirio de un mes «solo puede garantizar dos comidas al mes o un tanque de gasolina», según explica la directora. Sin embargo, la actividad económica se ha reanudado con cierta normalidad: tiendas de alimentos, restaurantes, hoteles ahora plagados de periodistas extranjeros, taxistas y talleres de coches han reabierto sus puertas, días después de la operación rebelde. Especular con el futuro siempre es difícil, sin embargo, Rasha Muhrez considera que el pueblo sirio no se ha rendido: «Veo mucha esperanza en la determinación de la gente, en la unidad y la solidaridad». «Lo he visto durante el conflicto y lo vi durante el terremoto», añade. Aunque también dedica unas últimas palabras de su intervención al escenario internacional: «Pido al mundo que no se olvide de Siria». Recalca las dificultades que padece un ciudadano sirio a la hora de «acceder a trabajos» o, simplemente, «poder viajar» con facilidad. Dice, por último, que «es el momento adecuado para invertir [en Siria]» aunque recalca que es importante «invertir a largo plazo».