El Gobierno sigue repartiendo con generosidad el dinero de los contribuyentes para rescatar empresas públicas ineficientes y mal gestionadas. En los próximos días se tiene que materializar el rescate de Correos, donde el exjefe de gabinete de Pedro Sánchez en el PSOE, Juan Manuel Serrano, cobró un salario de un millón de euros por dejar un agujero de más de 1.000 millones en cuatro años. Pedro Saura, el sucesor de Serrano, convenció a la SEPI de que es necesario un rescate de 3.000 millones para transformar la empresa y así lo acordaron este verano el holding público, la dirección de Correos y los sindicatos UGT y Comisiones Obreras. Pero en los próximos 15 días se tiene que concretar la aportación de dinero fresco y Saura sólo tiene asegurados los 1.600 millones que recibirá en cuatro años como compensación por el servicio postal. Esta cantidad ya cuadruplica la aportación presupuestaria que recibe hoy. Pero Saura considera que se necesitan 1.400 millones más para modernizar la compañía y hacer frente a un plan de prejubilaciones. Las prejubilaciones en el sector público siempre han movido a escándalo, más ahora cuando el Estado se empeña en que los españoles trabajen más años y debería dar ejemplo.
