Entre bulerías, sevillanas y palmas, el cur a José Planas se ha convertido ya casi en un clásico de la Navidad malagueña. Y es que este sacerdote ha vuelto a deleitar a sus feligreses este año con su arte al bailar en sus misas en las vísperas de la celebración del nacimiento de Jesús. Ahora ha sido en Alhaurín de la Torre (Málaga) donde ha protagonizado un vídeo que se ha viralizado en las redes sociales por la manera en la que introduce el flamenco en sus homilías. Después de 40 años como sacerdote y tras pasar por los barrios de Campanillas o Miraflores de los Ángeles, ahora ha llevado su particular estilo a Alhaurín de la Torre. Y allí, su arte ha convertido su iglesia en un punto de peregrinación obligado y muchos feligreses y curiosos llegan de toda la provincia para ver sus misas. Según ha explicado, su particular baile es un forma de alabar a Dios y de conectar con la gente para que se sientan a gusto y en un entorno agradable. « Soy un disfrutón . No estuve en ninguna academia, pero tengo ritmo y además de flamenco bailo tango y chotis. Me encanta el baile», ha subrayado Planas antes de comentar que sus artistas favoritos son Lola Flores y Camarón de la Isla. De esta manera y con este arte, Pepe Planas logra acercar la fe a la gente, además de animar a algunos feligreses y feligresas, que incluso en ocasiones se animan a bailar con él. Planas siente el flamenco como algo natural, ya que su abuelo por parte de madre era gitano . «Nací en una chabola, mi familia es humilde y sencilla, me crie en un ambiente pobre y la rama gitana siempre me ha acompañado», ha comentado. Su historia no es la de un cura normal. Con 26 años lo dejó todo y vendió dos supermercados que regentaba para dar el dinero a los pobres y dedicar su vida a la Iglesia. No se ordenó sacerdote hasta los 42 años, tras pasar apenas un curso en el seminario. En los años 90, José Planas vivió un momento que marcaría un hito en su vida. Con emoción rememora el día que tuvo la oportunidad de bailar ante el Papa Juan Pablo II , en 1997, con motivo de la beatificación de 'El Pelé', el primer gitano mártir en ser elevado a los altares. «Fuimos de peregrinación con gitanos de Palma-Palmilla y algunas monjas. Hicimos una obra de teatro sobre él y don Juan, entonces obispo de Jerez», ha detallado. Tras esa experiencia en el Vaticano, el Pontífice lo llamó para hacerle una petición: «Sigue, sigue» . «Le contesté, de broma, que cuando haya cante», ha recordado. «No hay mayor alegría que sentirse hijo de Dios, y yo intento transmitir ese mensaje de esta forma», ha afirmado Planas. «El Señor hace obras grandes en nosotros y no nos lo creemos. Tenemos que vivir en fraternidad y creernos el nacimiento de Cristo en nuestras vidas», ha añadido este sacerdote que transmite alegría y optimismo por todos sus poros. «Siempre, a pesar de todo, hay motivos para la esperanza» , ha subrayado este párroco, que este hace varios años perdió a una hermana de 58 años a consecuencia de un cáncer. «Pese a todas las circunstancias tristes que nos rodean, tenemos que estar alegres. Yo estoy enamorado de Cristo y por eso transmito alegría», ha comentado. José Planas saltó a los medios a nivel local y nacional en el verano de 2014 a raíz de la difusión del vídeo de uno de sus bailes flamencos al término de una misa en Campanillas, donde fue párroco anteriormente. Y desde entonces protagoniza estos espectáculos que fusionan la espiritualidad de la liturgia católica con la pasión y el arte del flamenco. Un encuentro entre lo sacro y lo profano, donde la música se torna en una forma de adoración, y la devoción se transforma en arte. Y pretende ir más allá de las misas: «Siempre que puedo lo hago, también en bodas gitanas , si se da el ambiente», ha indicado. Su último destino es, desde hace dos meses, Alhaurín de la Torre, donde ha tenido muy buena acogida. «Aquí hay muy buenas aguas», ha expresado. Preguntado sobre si recibe alguna reprimenda por sus espectáculos en las iglesias, ha contestado alegre. «A los curas nos quieren mucho, pero a veces son muy desaboridos». Pero a pesar de ello, parece evidente que Pepe el párroco continuará bailando para intentar acercar el cristianismo y «anunciarles la alegría del Evangelio de otra forma».