Una vez más, los coreógrafos de la izquierda se han llevado el gato al agua . Metáfora arriesgada, lo sé. Mentar el agua en casa del ahogado no es de buen gusto y utilizar la figura del gato, que tiene siete vidas, para referirse a Mazón, a quien ya no le queda ni media, tampoco parece una idea feliz. Sin embargo, de eso va la cosa: de la escenificación de la protesta popular dirigida contra el presidente valenciano por su gestión durante la DANA. Vaya por delante que no pienso dedicar ni una sola oración subordinada de este artículo a defender al barón del PP . No me parece mal que la gente haya querido manifestar su indignación contra él....
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