Aseguró, a preguntas de la fiscal, que apenas se acordaba de los detalles de aquella madrugada del 3 de julio de 2021, aunque la lucidez parecía venirle por momentos cuando los encargados de preguntarle eran los abogados de sus amigos. Jeremy, amigo de dos de los acusados de la brutal paliza que mató a Samuel Luiz en La Coruña, ha declarado este martes como testigo en el juicio y ha confirmado, a su manera, que eran una pandilla violenta: «Siempre que salgo con vosotros me encuentro con movidas». Aunque en otro momento de su declaración también dijo: «Yo nunca los vi en peleas». La primera de las frases se la soltó a sus amigos cuando, después de la salvaje agresión que acabó con la vida del joven enfermero, aquella noche se reunieron en un parque de la ciudad. Según la tesis de las acusaciones, ese encuentro tenía el objetivo de confabular una coartada común, pero esa unión pronto saltó por los aires porque ya al día siguiente acabarían señalándose unos a otros. Este testigo era amigo, sobre todo, de Diego Montaña y de Alejandro Míguez, aunque también conocía a los otros tres acusados: Alejandro Freire, alias 'Llumba'; Kaio Amaral y Catherine Silva. Por eso, la magistrada, en la decimosexta sesión de un juicio que se celebra con tribunal popular en la Audiencia provincial de La Coruña, le insistió en que estaba bajo juramento y su obligación de decir la verdad. Jeremy estuvo en el parque San Diego con los acusados poco después de la agresión. Pero asegura que apenas había oído nada de lo que sus amigos estaban hablando allí: «No estuve atento a la conversación, yo estaba apartado con mi teléfono». La fiscal, Olga Serrano, se esforzó en apretarle por si habían hablado de la paliza mortal. E incluso el abogado de Catherine, Luciano Prado, en un intento de desvincular a su clienta, trató de que Jeremy confirmara que, en el parque, ella había reprochado a Diego lo que había hecho. Pero ni la fiscal ni el abogado consiguieron su propósito: el testigo se enrocó en que la discusión que habían tenido Diego y Catherine no tenía que ver con esos hechos, sino «con los celos» entre la pareja. Sobre la agresión, horas antes en el paseo marítimo de Riazor, Jeremy aseguró que prácticamente no había visto nada sobre lo que al principio calificó como «discusión» y, presionado por la fiscal, acabó elevándola a la categoría de «pelea». Se excusó con que él «estaba a 20 o 3 metros» y solo vio «mucho movimiento», cómo se empujaban «unos a otros» y poco más. Solo reconoció a la fiscal que los cinco acusados habían estado dentro del tumulto, pero nada más: «No vi lo que hacían». Porque además, según él, también durante el linchamiento él apenas había levantado la vista de su móvil: «Como estaba con el teléfono, no sé qué estaban haciendo». Jeremy había estado con la mayoría de los acusados en el pub Andén, al que también había ido Samuel Luiz con una amiga, pero sin llegar a mediar palabra -víctima y agresores no se conocían-. Luego, las cámaras de seguridad también captaron a este testigo en el exterior. Y en una de las imágenes, se le ve con la capucha de la sudadera puesta. «¿Por qué se puso la capucha?», le preguntó la fiscal. «Había habido una pelea y no quería ningún problema», respondió el testigo, en un interrogatorio tenso por momentos. Camino del parque, tras el linchamiento, Jeremy se encontró con Kaio. Y en el juicio, a preguntas de la fiscal, el testigo ha acabado admitiendo que este le preguntó si le interesaba comprarle un teléfono. Pero él lo rechazó: «Hablamos solo un minuto del teléfono, y nada más». Lo que no le dijo Kaio entonces es que ese era el móvil de Samuel Luiz. Por apoderarse del teléfono de la víctima, las acusaciones le atribuyen un robo con fuerza que eleva su petición de condena hasta los 27 años de cárcel, la más alta de los cinco acusados. Al día siguiente del crimen, Jeremy fue a casa de su amigo Diego Montaña. «¿De qué hablaron?», le preguntó la fiscal en el juicio. En un primer momento, el testigo dijo que no se acordaba de qué habían conversado. Pero la fiscal le refrescó la memoria recordándole lo que había declarado durante la fase de instrucción. En concreto, que Diego Montaña le había reconocido en su casa que «le dio un puñetazo pero yo no lo maté». Y Jeremy ha confirmado este martes al tribunal que así fue.