En un artículo publicado en 1928 en 'Journalism Quarterly', la revista académica más antigua y una de las más prestigiosas en la investigación sobre periodismo, Elmer Emig ya alertaba de «las pocas personas que leen más allá del titular», para concluir que los titulares eran «quizá el factor más potente en la formación de la opinión pública». Años después, Taylor y Scher, en otro texto clásico sobre redacción periodística, afirmaban que un titular «no debe dar una falsa impresión. No tiene que decir menos que la noticia, pero tampoco más». He repasado estos textos al hilo de sendos mensajes recientes que apuntan a titulares publicados estos días en el periódico. En el primero, el lector Josep Vilà Batlle señala este que acompaña a una noticia publicada el 23 de octubre en la edición impresa : 'Denuncian a un médico de un hospital de Barcelona por no hablar catalán con una paciente', del que dice que «tiene la 'brillante' habilidad de invertir el significado de dicha noticia, ya que de la denuncia de una paciente por no permitirle el médico hablar en catalán se pasa a la supuesta denuncia de dicha paciente porque el médico en cuestión no le habló a ella en catalán». En opinión del señor Vilà el titular se presta a una «perversa tergiversación, llevada a cabo con la finalidad evidente de ofrecer a todos sus lectores del resto de España la falsa y mala imagen de una Catalunya 'totalitaria', donde se persigue y se prohíbe el uso del castellano, (…) cuando lo único que llevamos pidiendo es que se nos respete el derecho de poder hablar en catalán en todos los sitios». El segundo mensaje lo escribe la lectora Mercedes Chacón al hilo de la dimisión y las denuncias contra Iñigo Errejón : «En el ABC de hoy titulan la noticia de Errejón sacando frases entrecomilladas de la denunciante que son dignas de un guion de película pornográfica. ¿Por qué los lectores nos tenemos que tragar esto en primera plana?, ¿porque así vende más? No hay derecho. La persona que quiera saber detalles, pues que se lea la noticia completa». La señora Chacón añade: «Los lectores (al menos yo) esperamos información, seriedad y respeto, no detalles escabrosos que hacen además leña del árbol caído, sin ningún tipo de respeto por las personas». Sobre la queja del señor Vilà, Alex Gubern, delegado de ABC en Cataluña, reconoce que «la limitación física en el momento de titular impide dar detalles y matices, algo que en asuntos como el de la lengua, muy sensibles, puede generar controversia». Aunque asume que esto ha podido suceder en este caso, asegura que «no hubo una voluntad de manipular, como queda claro en el cuerpo de la noticia, donde explicamos con detalle lo sucedido, buscando incluir la voz de todos los implicados». Y respecto a la presunta tergiversación intencionada que apunta el lector, Gubern señala que «ABC defiende el derecho constitucional de todos los ciudadanos a poder usar en Cataluña en igualdad de condiciones el catalán y el castellano, una posición en la que el diario ha sido muy firme». Fernando Rojo, jefe de Continuidad de ABC y uno de los responsables de la Mesa de Redacción, reconoce «la 'esclavitud' que los periodistas siempre hemos tenido respecto a los titulares, tanto a la hora de intentar resumir una noticia en muy pocas palabras como a la de captar la atención de los lectores, para que no pasen página en el caso del papel o accedan a esa información cuando se publica en la web». Sin embargo, precisa Rojo, «el titulo debe ser siempre fiel a la realidad, y captar audiencia no justifica prescindir de uno de los pilares de la relación entre el periódico y los lectores: la confianza que estos depositan en que les contamos las cosas como son». Al respecto del mensaje acerca de la cobertura del caso Errejón, Rojo reflexiona «en qué medida esas frases que pueden resultar indecorosas son a la vez un elemento informativo muy potente que tampoco se puede restar a los lectores». En las quejas de estos lectores resuenan con fuerza los textos clásicos sobre redacción periodística que hacen cuestionarse si, efectivamente, estos titulares están contando «menos o más que la noticia». Tomo prestadas las palabras de la señora Chacón para recordar que el lector merece y espera «información, seriedad y respeto», lo que aplica sin duda a detalles escabrosos cuando pueden ser innecesarios, pero también a formulaciones que admiten interpretaciones erróneas. En estos tiempos de 'click bait', o títulos-cebo que a través del morbo buscan atraer a la audiencia, conviene comprometerse con más firmeza que nunca con la responsabilidad de titular con mesura y con rigor.