El periodista y escritor Rubén Amón publica un libro sobre la buena conversación (o la ausencia de ella y su calidad) en estos tiempos convulsos de hiperconexión, cancelación y lo políticamente correcto. Así que conversar con él sobre pecados capitales (y sobre cualquier cosa) era más que necesario: deseable. —Le perdono un pecado —Podemos hablar de todos sin problema. —¿Cuál disculpa usted con facilidad? —La lujuria. Soy indulgente con ella porque la ejerzo. —Así que sería el que también se disculparía a sí mismo. —Si no, estaría incurriendo en otro, que es el de la soberbia. —Haría doblete nada más empezar. —Sí, así que es mejor que vayamos con cuidado. Pero con la soberbia no corremos peligro, soberbio no soy....
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