Los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2025 se aprobarán por primera vez en equilibrio presupuestario. Es decir, no se generará nuevo endeudamiento neto y los ingresos deberán corresponderse con los gastos previstos. Esta situación, que reduce aún más el margen de dinero disponible para servicios públicos o inversiones, se produce debido a la falta de acuerdo en el Congreso en torno a la nueva senda de déficit. Y puede ser aún peor. Si no hay cambios en los apoyos con los que cuenta el Ministerio, Andalucía tendrá que corregir sus cuentas para que se cierren en superávit, renunciando a 200 millones de euros de gasto. La falta de un criterio de déficit claro es una de las incertidumbres que asumía la Consejería de Hacienda de Andalucía al elaborar el presupuesto. En estos momentos, legalmente le corresponde aprobarlo, como al resto de autonomías, en superávit del 0, 1 %. Es decir, los ingresos deben superar en millones de euros a los gastos. Sin embargo, el Ministerio de Hacienda planteó una alternativa a las comunidades autónomas: corregir este criterio para dar más margen y fijar un déficit del 0,1%. El PP, junto a una mayoría de la oposición, tumbaron la medida en el Congreso, por lo que nunca llegó a entrar en vigor. A la espera de si llega a algún acuerdo, la Junta de Andalucía ha optado por un criterio «prudente» y se ha quedado en un término medio. Ha optado por el equilibrio presupuestario, un planteamiento que asume que es posible que tenga que corregir a lo largo de los próximos meses renunciando a 200 millones de euros. «Un territorio como Andalucía, al que le faltan 1.500 millones de euros todos los años no puede hacer un presupuesto con superávit donde nos sobre dinero para entregárselo al Gobierno. Nosotros hemos creído razonable hacerlo en equilibrio y si luego surge que hay que ir a un superávit no debe suponer un gran problema», explicó la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España.