A Alejandra Pizarnik le gustaba hacer recortables con papeles de colores con los que componía formas simétricas como de trabajo escolar , o bien 'collages' recortando figuras y pegándolas en un cartón. Hace un par de años la Biblioteca Nacional de Buenos Aires (donde se conservan de forma permanente algunas de estas obras) hizo una muestra del lado visual y pictórico de la escritora en la que se podía ver, por ejemplo, el famoso «cuaderno verde» donde pegaba citas de libros que le gustaban en papeles de diversos colores que luego «intervenía» con pinturas, bolígrafos («biromes» en Argentina), figuras recortadas, etc. Si cuento todo esto es porque la lectura de 'Una traición mística', una antología de la prosa más o...
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