El tiempo se acaba para que la Unión Europea y China lleguen a un acuerdo comercial que evite que se impongan los aranceles a los coches eléctricos procedentes del país asiático. En el peor de los casos, para SAIC Motor -la matriz de MG-, las tasas podrían ascender hasta el 43,5%. Según Bloomberg, ambas partes están considerando un compromiso de precios mínimos por parte de los productores chinos o inversiones en Europa como alternativa a los aranceles. A día de hoy, se han celebrado ya ocho rondas de negociación, pero persisten «diferencias significativas». «Los responsables acordaron que se llevarían a cabo nuevas negociaciones técnicas en breve», dijo la Comisión después de una videollamada entre el jefe de comercio de la UE, Valdis Dombrovskis , y el ministro de Comercio chino, Wang Wentao . Ambos políticos reafirmaron su compromiso de encontrar una solución que garantice condiciones equitativas en el mercado de la UE y sea compatible con las normas de la Organización Mundial del Comercio. China instó a la UE hace dos semanas a no llevar a cabo negociaciones por separado con empresas, advirtiendo que esto «sacudiría los cimientos» de las negociaciones. Sin embargo, China está presionando a sus fabricantes de automóviles para que detengan su expansión en Europa, señalan desde la agencia. Pekín está indicando a los fabricantes que detengan la búsqueda activa de sitios de producción en la región y la firma de nuevos acuerdos, y en general mantengan un perfil bajo. El grupo estatal Dongfeng Motor Group Co. ya ha detenido sus planes de fabricar automóviles en Italia, según fuentes conocedoras de la decisión que decidieron permanecer anónimas. La directiva de China —que no es una orden obligatoria— podría intensificar las tensiones de la guerra comercial. China, en respuesta a los aranceles europeos ha amenazado con imponer sus propias tasas a los productos lácteos, brandy, carne de cerdo y automóviles europeos, que son muy apreciados en las altas esferas del país. Aunque Dongfeng Motor dijo a funcionarios italianos que el apoyo de Roma a los aranceles de la UE fue la razón de su cambio de decisión, Pekín ve como una amenaza la posible sobrecapacidad provocada por una transición irregular hacia el coche eléctrico en el mercado comunitario, así como la baja demanda de coches chinos. En cualquier caso, la medida supone un revés para la primera ministra Giorgia Meloni, quien ha tratado de atraer más fabricación de automóviles al país, mientras el fabricante local Stellantis, matriz de Alfa Romeo y Fiat, reduce su producción. No solo Dongfeng está actuando con más cautela. Chongqing Changan Automobile, una automotriz estatal, canceló un evento para lanzar su marca en Europa previsto para esta semana en Milán, dado que las negociaciones sobre los aranceles aún están en curso.