Los promotores de la Iniciativa Ciudadana de pedir un entierro digno para los reyes de España, Recesvinto y Wamba, Joaquín Sánchez Garrido y Jorge Miranda , se han sorprendido de que la Cofradía de la Santa Caridad haya remitido a la opinión publicable un comunicado, en base a los argumentos que les proporciona un libro de carácter interno, de autor desconocido, sin carácter oficial y objetividad dudosa , donde se afirma que dicha Cofradía asistió a un Funeral Real y de Estado en el siglo XIX , «dando a su escrito un valor absoluto, exclusivo y excluyente». «Las fuentes de donde se nutre la Historia suelen ser múltiples y variadas, y si son contrastadas las posibilidades de éxito se multiplican para el historiador. Dios nos libre del hombre unidimensional y de aquel que lee un solo libro, pretendiendo con ese modesto equipaje titularse como «guardián de la memoria histórica de Toledo y de España» , de tal manera se nos presenta la Real y Antigua Hermandad de la santa Caridad, a eso los castizos lo suelen calificar como mucho barco para poco pirata, señala el comunicado de los promotores del entierro digno para estos reyes godos. Añaden, en tono irónico, en relación a la citada cofradía, que « con toda seguridad serían ellos los únicos que asistieran a esos actos , ya que la Comisión Provincial de Monumentos, presidida por el Gobernador Civil de turno, sólo y únicamente les invita, - como al resto de personalidades asistente: cofradías, órdenes religiosas, ayuntamiento, clase judicial y militar...etc-, a la 'traslación de restos...'. No a ningún funeral y menos a un enterramiento. Exclusivamente, se trató de un traslado de restos óseos reales y depósito en lugar sagrado . Un acto digno, multitudinario, pero nunca un acto de Estado. Argumentan que la Cofradía podría haber preguntado al actual deán de la Catedral dónde se dio sepultura a aquellos reyes godos. Con toda seguridad hubieran obtenido una respuesta rigurosa, documentada y verídica , « evitándose la vergüenza pública de una carencia mínima de investigación de una o unas personas que se atrincheran detrás de unas siglas y remitir un documento que siembra confusión institucional, no aclara nada y aporta menos, sólo para facilitar unos intereses a terceros«. En la Gaceta de Madrid (actual B.O.E) del 21/2/1845 se confirma que «el jefe político ofreció al Cabildo Primado para que recibiera en depósito y custodia dignamente los restos reales». No deja lugar a dudas a quien pertenecen dichos restos. Años más tarde, el Gobernador Civil de la provincia se muestra contundente en 1906 al escribir al Gobierno de la Nación que «...desde 1845 en que se trasladaron los restos de aquellos egregios monarcas en calidad de depósito a la Catedral, se encuentran allí en una alhacena insepultos y esperando la resolución del Gobierno de S.M, para darles digna y honrosa sepultura». La misiva no puede ser más clarificadora. Cincuenta años después de su solemne traslado, todo el mundo seguían esperando instrucciones para inhumar los reales restos. Sin salirnos de las fuentes de la época, las Actas Capitulares del Cabildo Catedralicio tampoco dejan lugar a dudas al aceptar que «dichos restos reposen en calidad de depósito» . Nunca dicha institución ha reconocido ser su propietario. Lamentamos que un simple cuadernillo, sin valor oficial y sin pluma reconocida pretenda desacreditar a la flor y nata de gran parte de nuestros historiadores más insignes, como lo fue J osé Amador de los Ríos , portador de las andas que llevaron procesionalmente a los restos reales por las calles de Toledo, junto a Sixto Ramón Parro, Manuel María Herreros y Miguel San Román , cuando nos escribe en el mismo año del depósito real en 1845 que «se hacia necesario depositar las cenizas de los referidos monarcas (en un sepulcro) encargando el modelo de este monumento al arquitecto Aníbal Álvarez». De igual manera lo hacen con Juan García Criado , correspondiente de la Real Academia de la Historia que nos comenta en 1896 que «al cabo de medio siglo, los restos mortales de dos soberanos españoles, se hallan aguardando aún en una alacena del salón principal de la sacrístía a la resolución del Gobierno de S.M.». Hasta ese momento sólo el Gobierno de la Nación tenía potestad de decisión sobre qué hacer y dónde sobre los restos óseas reales. Desdeñan la sabia autoridad académica del canónigo archivero de la Catedral y reconocido prestigio internacional, Juan Francisco Rivera Recio que en 1951 nos deja escrito que «dicha caja con las cenizas de Recesvinto y Wamba se encuentra en un aposento del primer piso, sobre el local que une la capilla del Sagrario con el Relicario». Por último, mencionar el excelente trabajo llevado acabo por nuestro admirado académico Ventura Leblic en 2013 que al estudiar dichos acontecimientos concluye diciendo que «después de las exequias celebradas en la Catedral ( las reliquias) quedaron bajo la custodia del Cabildo ». En estas fechas, se producen las trasferencias sobre Patrimonio Histórico Artístico y entra la Comunidad Autonómica a tener competencias sobre el tema. Tenemos confianza de que no es la Cofradía en su totalidad quien apoya tal escrito, y lamentamos no podernos dirigir a nadie en particular al carecer de firma el documento difundido por la antiquísima y prestigiosa Cofradía de la ronda del «pan y el huevo» . A la vez que queremos aclarar que la única intención de la Iniciativa Ciudadana es el respeto al Patrimonio Civil, la dignidad de las personas y el respeto a nuestra Historia, con sus actores incluidos. En nada de lo manifestado, los abajo firmantes nos hemos salido del guion del respeto a todas y cada una de las instituciones, aportando la más exhaustiva documentación histórica y jurídica que nos hubieran solicitado. «Sabemos, porque tuve la suerte de gestionarlo a nivel personal, que conseguir que Toledo sea Patrimonio de la Humanidad, no debe ser un punto y final, es simplemente un punto y seguido ue debemos continuar entre Todos», señala Sánchez Garrido. Este es el comunicado emitido por la Cofradía de la Santa Caridad, «guardiana de la memoria histórica de Toledo y España», quien dice agradecer la iniciativa popular surgida recientemente en la ciudad para recordar a estos reyes godos, pero subraya la importancia de reconocer la historia documentada «La Cofradía de la Santa Caridad, la cofradía más antigua del mundo, fundada en 1085, ha confirmado de manera histórica que los funerales de los reyes godos Recesvinto y Wamba, celebrados en el siglo XIX en Toledo, se realizaron con la máxima dignidad y honor en la Catedral de Toledo . La Iglesia Católica y el Cabildo de la Santa Iglesia Catedral Primada actuaron con diligencia, respeto y siguiendo la liturgia más cuidada para rendir tributo a estos monarcas históricos. «Desde la Cofradía de la Santa Caridad confirmamos que los funerales de Recesvinto y Wamba se llevaron a cabo con la solemnidad y el honor que corresponde a un funeral Real y de estado «, declararon representantes de la hermandad. »La ceremonia cumplió con todos los ritos establecidos, reflejando la majestuosa tradición litúrgica de Toledo«. La Santa Caridad, guardiana de la memoria histórica de Toledo y España, agradece la iniciativa popular surgida recientemente en la ciudad para recordar a estos reyes godos, pero subraya la importancia de reconocer la historia documentada y el cumplimiento de dignidad y honor mantenido en los funerales celebrados en el siglo XIX. «Es necesario reconocer el cumplimiento histórico y la dignidad que se mantuvo en los funerales celebrados en el siglo XIX», afirmaron. «La Cofradía de la Santa Caridad ha sido testigo y protagonista de algunos de los eventos más significativos de la historia de España. Su intervención en los funerales reales y de estado de los reyes godos Recesvinto y Wamba el 23 de febrero de 1845 es un hito que reafirma su papel crucial en la historia de Toledo y del país. El traslado de los restos de estos monarcas desde la parroquia de San Juan Bautista hasta la Catedral de Toledo fue una ceremonia cargada de significado y solemnidad . Los restos fueron llevados en una urna forrada de terciopelo morado con franjas de oro, acompañados por los canónigos y autoridades civiles en una procesión formal. « La Cofradía participó con honor en este evento , contribuyendo a la majestuosidad y respeto que exige la liturgia católica«, afirmó la hermandad. El libro Exemplares de la Antigua, Ilustre y Real Cofradía de la Santa Caridad de Toledo, con un gran trabajo de transcripción y rescate por Mario Arellano y Antonio Canosa , recoge de manera detallada la participación de la Cofradía en el traslado y los funerales reales y de estado de los reyes Recesvinto y Wamba. Este documento histórico aporta pruebas irrefutables de la solemne ceremonia celebrada el 23 de febrero de 1845 , subrayando que la Cofradía ocupó su lugar de honor, como es tradición en los grandes acontecimientos litúrgicos de Toledo. Tal como se describe en el libro: «Formado el Cabildo procesionalmente entre coros se dirigió a la Puerta del Perdón, que es por donde se recibe a los Sres. Reyes [...] y conducida en andas con la mayor pompa en solemne procesión funeral « (Fol. 60). Este mismo texto deja constancia de los elementos clave que confirman el carácter de funeral real y de estado: la instalación del catafalco real, la entrada por la emblemática Puerta de Reyes, y los honores debidos a los monarcas, elementos inconfundibles de una ceremonia de tal magnitud. «Vino a terminar en el catafalco de Reyes, se entonó y cantó un solemnísimo responso, según los ritos de la Iglesia» (Fol. 60v), reafirma el libro. Así, la Santa Caridad no solo participó en el traslado de los restos, sino que contribuyó con su presencia a la majestuosidad y respeto que exige la liturgia católica, otorgando a la ceremonia el esplendor propio de un funeral real. El libro concluye que la Cofradía cumplió con su deber de honrar a los reyes protectores de la fe, consolidando una vez más su papel fundamental en la historia de Toledo y de España. En febrero de 1845, la Comisión Provincial de Monumentos pidió expresamente la presencia de la Cofradía en la solemne ceremonia de los funerales de Recesvinto y Wamba. Este hecho quedó documentado en una carta que hoy, casi dos siglos después, sigue resonando con fuerza histórica: «Esta Comisión espera del notorio celo de esa Cofradía que se sirva concurrir a la traslación de los restos de los Reyes Recesvinto y Wamba, que ha de verificarse mañana a las tres de la tarde desde la parroquia de San Juan Bautista hasta la Santa Iglesia Catedral» (Fol. 59v). La Cofradía de la Santa Caridad no solo aceptó la invitación, sino que ocupó un lugar de honor en la procesión, acompañando a los restos reales revestidos con la dignidad que solo un funeral real y de estado podía conferir. Aquel día, la historia de Toledo y España volvía a entrelazarse , recordando que las tradiciones y ceremonias funerarias de la Iglesia Católica son más que rituales: son actos de memoria viva, de continuidad con un pasado que ha forjado el carácter de nuestra nación. En un tiempo en el que los datos históricos y la verdad parecen ser cuestionados, el ejemplo de la Cofradía de la Santa Caridad es más necesario que nunca. Sus archivos, su presencia activa y su inquebrantable lealtad a los valores de la fe y la historia nos recuerdan que la memoria no solo debe ser preservada, sino también puesta en valor. « La historia no puede ser negada . Los hechos registrados, como los obrantes en el archivo de la Santa Caridad, son un testimonio irrefutable de que, el 23 de febrero de 1845, Toledo fue testigo de un funeral real y de estado en honor a los Reyes Godos, con la Cofradía ocupando su lugar de honor, tal como lo ha hecho durante más de 900 años«, concluyeron los representantes de la Santa Caridad.